Seguramente alguna vez has visto cómo parece que hay charcos en las calles y al acercarte te das cuenta que se trata de un espejismo
Por: Andrés Manuel Contreras Alaniz
¿Alguna vez has conducido bajo un sol intenso y notado cómo en la calle parece que hay un charco de agua cuando en realidad no hay nada? Este fenómeno, comúnmente observado durante los días calurosos, tiene una explicación científica que nos lleva al mundo de la refracción de la luz.
Este fenómeno es el proceso por el cual la luz cambia de dirección al pasar de un medio a otro con un índice de refracción diferente. En el caso del asfalto borroso, la luz que atraviesa el aire caliente y el aire frío produce ondas de calor que distorsionan la percepción visual.
Primero, es importante aclarar que el aire caliente es menos denso que el aire frío, lo que provoca que la luz se curve al cambiar de un medio a otro con densidades distintas. Este efecto es especialmente notable en las carreteras durante los días calurosos, donde el aire caliente asciende, se enfría al subir y luego desciende y se calienta de nuevo.
Así, estas fluctuaciones de temperatura crean vibraciones en el aire que a simple vista se traducen en imágenes borrosas de la calle o con un efecto de "agua".
FENÓMENOS SIMILARES
Pero este curioso efecto no se limita solo a las carreteras, ya que también es responsable de los espejismos que se pueden observar en el desierto, creando la ilusión óptica de oasis o cuerpos de agua en medio de la nada.
De hecho, este fenómeno se puede experimentar en los hogares, como cuando se introduce un lápiz en un vaso de agua y parece que se ha partido en dos y, aunque es más notable durante los meses de verano debido a las altas temperaturas del asfalto, este efecto también puede ser observado en invierno.
Así que la próxima vez que te encuentres admirando el asfalto borroso mientras conduces, recuerda que detrás de ese misterioso espectáculo se encuentra la ciencia de la refracción de la luz.
