La población de San Pedro Zictepec expresó su última despedida a Toñito, el niño de nueve años que desapareció el 19 de marzo pasado y fue hallado muerto al día siguiente en un tinaco en el hogar de su vecino Mario, quien ya ha sido arrestado como sospechoso del delito.
¿QUÉ FUE LO QUE LE PASÓ A TOÑITO?
Toñito, un niño de 9 años, había pedido permiso a su abuela para ir a jugar maquinitas al negocio de Mario, un hombre de 30 años que todos en la comunidad conocen. Mario rentaba videojuegos y habitualmente varios niños entraban a su casa a jugar.
Cuando el niño no volvió, su abuela se dirigió a su búsqueda, pero Mario confirmó que Toñito había partido con un amigo. Incluso cerro su tienda para contribuir en la búsqueda. Se manifestó inquieto, acompañó a los vecinos y hasta enfrentó una disputa con un oficial de policía que, de acuerdo con él, trató con desdén a la familia del niño.
La comunidad se unió, bloqueando vías para demandar respuestas. Entre tanto, las autoridades verificaban el lugar más recientemente identificado de Toñito: la vivienda de Mario. En ese lugar, hallaron al niño muerto dentro de un tinaco, mostrando señales de violencia.
Mario, que había estado involucrado de manera activa en la búsqueda, fue arrestado en el momento. El mismo hombre que vio crecer a Toñito, que consoló a su abuela y que tenía a niños en su casa todos los días, resultó ser su agresor
Vecinos de la comunidad se mostraron indignados al recordar que Mario, el presunto homicida, participó en las búsquedas del pequeño sin decir una sola palabra.
“El enemigo estaba en casa”, lamentaron, mientras acompañaban a la familia en su duelo.
LOS HABITANTES ZICTEPEC EXIGEN JUSTICIA
Al exclamar "¡Justicia!", residentes de San Pedro Zictepec, en Tenango del Valle, acompañaron a Toñito, con balones blancos y flores en sus manos, sus pares escolares, vecinos y parientes marcharon en procesión hasta el santuario de San Pedro Zictepec. En un ataúd de color blanco, Toñito fue enterrado entre sollozos y rezos, mientras la comunidad reclamó la justicia para evitar que su caso permanezca inmóvil.
Previo a su funeral, el niño fue despedido en el colegio donde cursaba sus estudios.
Los profesores y familiares lo recordaron con afecto por "sus juegos con sus amigos, su risa, sus alegrías en el futbol, sus esperanzas, sus travesuras, su convivencia con su mascota, el juego con sus hermanos, su gusto por las redes sociales y, sobre todo, sus sueños y su relación tan fuerte de amor con su abuelita que no se detendrán jamás porque reviven en cada niño de nuestra comunidad".
Específicamente, destacaron el amor inalterable que poseía por su abuelita, quien actualmente sufre por su falta.
