Ante violencia familiar
Por: Gerardo Armenta
En los discursos o palabras conmemorativas la realidad es siempre la misma: única, impar y hasta formando parte del feliz quehacer general. El problema es que, en los hechos cotidianos, siempre suele ser distinta con su carga de faltantes y reclamaciones por lo que falta por hacer o, de plano, por lo que ya no se hizo ni se hará. Esta forma de ser se acreditó y no es fácil determinar hasta cuándo perdurará.
Las evidencias en este sentido son cotidianas. Vale la pena prestar atención a esta queja: "Ya tenemos varios años con este problema, pero las autoridades solamente ponen oídos sordos". O sea que no oyen. Increíble. Se habla de la existencia de "varios años" de un problema. ¿De qué se trata? La historia es conocida porque se ha contado una y otra vez al paso del tiempo.
He aquí sus pormenores: Habitantes de poblados del sur de Navojoa exigieron a Caminos y Puentes Federales (Capufe) la rehabilitación de diversos tramos de la carretera internacional, así como la colocación de topes y señalamientos. Se habla, entre otros, de poblados como Francisco Sarabia, Estación Luis y Estación Don. Quedó dicho que la dependencia que debería atender esta reclamación jamás lo ha hecho. ¿Ni lo hará? Valdría dudarlo.
La doctora Porfiria Simbrón Nájera, directora de la Unidad Médica 40 del IMSS del Ejido Francisco Sarabia, y gestora de esta misma comunidad, dijo que en muchas ocasiones han solicitado en forma verbal y escrita la solución a la problemática que se comenta. Pero hasta hoy siguen esperando una respuesta positiva en prueba de que, la eficiencia de Capufe para atender asuntos de su competencia, no es precisamente ejemplar y envidiable en términos institucionales.
Como quedó dicho, no es la primera vez que esta problemática surge a conocimiento público. Quién sabe qué se necesitará para que alguna autoridad, con capacidad para hacerlo, tome cartas en esta problemática del sur de Sonora. Una problemática que, para ser francos, no debe significar ningún dolor de cabeza para la burocracia más desatenta o indolente que pudiera existir. La situación a que se alude es seria y peligrosa en el contexto sureño de la carretera internacional al entrar prácticamente a Sonora.
Pero el reclamo surgido precisamente en aquella demarcación se explica por sí solo. Dice así: "Nada más cuando vienen a pedir el voto se acuerdan de esta región. Aunque de todas maneras no se resuelve nada, a pesar de que ha habido muchos accidentes, de los cuales varios han sido con resultados fatales". Es increíble, pero en estas alturas todavía hay problemas con la carretera de Cuatro Carriles. Sin duda, Capufe tendría que hacer algo al respecto.
En otro género de asuntos, vale consignar (y con justificado asombro) que en Navojoa el delito más frecuente que se comete, o por lo menos el que más se reporta, es el que tiene que ver con la violencia familiar. La evidencia que lo demuestra parecería abrumadora en extremo: durante enero, y casi durante todo febrero, se recibieron más de 155 llamadas al 911, en lo que evidentemente son pormenores que no dejan de impactar por el significado social que traslucen.
De lo anterior vale considerar como un dato indeseable y hasta increíble el que señala, como queda dicho en certeza difícil de asimilar, que, de alguna forma, la agresión hogareña o casera es la tipificación delictiva que más se repite en el contexto navojoense. Los datos que aquí se registran corresponden a la Secretaría de Seguridad Pública de Sonora. Esta acreditación significa que son fidedignos. No tendrían por qué ser inventados. A nada conduciría falsear realidades como las comentadas.
Los hechos, como siempre, son los hechos. Y éstos señalan que en Navojoa hay un serio estado de cosas que tiene que ver con la violencia familiar. Esta es una actitud que jamás debería generarse en el seno hogareño, donde, por supuesto, son otros los modos de conducta que deberían prevalecer. Llama la atención que apenas al despuntar el presente año se tenga ya en el ámbito navojoense una evidencia hogareña tan reprochable como la que se comenta. Ciertamente, vale tomar nota de que el año apenas empieza.
¿Significa lo anterior que todo en esta materia se pondrá peor al paso de los meses? Se estará de acuerdo en que no hay peor oficio que el propio de adivino. Pero sorprende la facilidad (por decirlo así) con que en Navojoa aumentó el registro de la violencia familiar apenas en los dos primeros meses del año. Aunque no debe haber nada escrito en esta materia, cabría suponer (sin evidencia sustentable) que la estadística en esta materia puede resultar más gravosa para el Municipio en los meses venideros.
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