En Ciudad Obregón, la respuesta en taquilla, y muy probablemente en el resto del país, ha sido mínima
Las películas ganadoras de premios en festivales importantes, Óscar, Globos de Oro, León de Oro, Cannes, no suelen ser las que imponen marcas en taquilla, ya sea de espectadores o de ingresos recaudados, principalmente en los últimos años. En la década de los 90, Titanic tuvo gran éxito en cuanto a audiencia registrada y se llevó el Oscar a mejor película. A principios de este siglo, El señor de los anillos. El retorno del rey, fue una de las obras cinematográficas más vistas en su momento y resultó ganadora en la ceremonia más conocida en el mundo, al igual que su director, Peter Jackson.
Este año, se tuvo el estreno de Amor sin barreras (West Side Story), dirigida por el aclamado Steven Spielberg, basada en un exitoso musical de Broadway. Esta realización llega 60 años después de la presentación de la cinta que entonces, 1961, fuese dirigida por Robert Wise y Jerome Robbins. De 11 nominaciones al Óscar, obtuvo 10 en total, entre estos, los premios a Mejor Película y a Dirección. Además, logró recaudar más de 43 millones de dólares, una cantidad que luce mínima, comparada con las cifras actuales de algunas producciones, pero que constituyó la cantidad más alta en dinero para ese año. En México se mantuvo 26 semanas en cartelera y fue la tercera película más vista en 1963.
La nueva producción respeta el ambiente original de los años 50, los vestuarios, el tipo de personajes y la música y letras de Leonard Bernstein y Stephen Sondheim. Por supuesto, Spielberg hace su propio manejo de los personajes, sus intenciones, las escenas y las tomas, apoyado en mayores recursos técnicos de la actualidad, a la vez de una gran capacidad creativa del director, seguramente mucho mayor a la de quienes estuvieron a cargo hace seis décadas, lo que resulta en un trabajo limpio en los trazos escénicos y las coreografías, y con interpretaciones adecuadas a las voces de los cantantes, manteniendo la esencia de la creación original. En general, un producto de gran calidad, en este momento ya nominado en once categorías en los premios de la crítica (Critic’s Choice), y así lo estará en el resto de certámenes importantes, siendo fuerte candidata a mejor película.
Pese a lo anterior, la respuesta en taquilla, en Ciudad Obregón, y muy probablemente en el resto del país, ha sido mínima, sobre todo comparada con cintas como Spider-Man: Sin camino a casa, Encanto, Sing 2 o Matrix, resurrecciones. Podría pensarse que las preferencias se orientan hacia producciones comerciales, o más rápidamente asimilables para el espectador. Indudablemente hay certeza en esto, producto de una amplia percepción social acerca de qué tanto una producción cinematográfica es atractiva para pagar un boleto por ella o buscarla en alguna plataforma de internet. En el caso de los musicales, por ejemplo, no se ha generado un público amplio para acudir a una sala a ver Amor sin barreras u otra película de este género.
Aunque el teatro musical ha mostrado un crecimiento en la localidad, dada la labor de la maestra Domy Flores en el Instituto Tecnológico de Sonora (Itson) y posteriormente en la compañía de teatro La Petaka, además de otros directores que han hecho producciones de este tipo en universidades y escuelas de la localidad, el público que sigue estas obras, con algunas excepciones, por supuesto, se ha acostumbrado a hacerlo en espacios teatrales, no en el cine. Fue, por tanto, lo mismo que sucedió al Fantasma de la ópera, Rent, Los Miserables y Cats, una escasa concurrencia en las salas. A esto se une que el teatro musical ha tenido en lo cinematográfico un contexto difícil de penetrar, con la excepción de Chicago, que tuvo una mayor aceptación en Cajeme y en 2003 se llevó el Globo de Oro y el Óscar a Mejor Película.
Un ejemplo más es el de Marvel, que ha sabido posicionar sus productos en la sociedad consumidora con gran habilidad creativa. Si bien hay una parte de los espectadores que rechazan sus producciones, la cantidad de seguidores es mucho mayor, lo que constituye una evidencia de su éxito. Así se observó en su primera fase, que concluyó con la cuarta parte de Los Vengadores (Avengers EndGame). Spider-Man pertenece a este universo fílmico, como se le conoce. Es un superhéroe ya conocido por varias generaciones a través de los cómics, una serie animada de televisión y desde hace algunos años su presencia en el cine ha generado atención. Es por ello que con gran probabilidad será la película más taquillera del año en México.
Las épocas son distintas, las preferencias cambian. El cine busca cada vez ser una experiencia visual, auditiva y emocional más fuerte. Los asistentes tienden hacia esto en mayor medida. Se ha dicho y estoy de acuerdo, que es el arte que más se ha ajustado a los cambios tecnológicos y sociales que hemos vivido desde hace varias décadas. No obstante, el observar diversos géneros cinematográficos contribuye a aumentar nuestro nivel de apreciación y ello enriquece la experiencia cultural. Es importante entonces, que siga habiendo producciones como Amor sin barreras, Rey Richard o Belfast. Su respuesta a una baja recaudación en taquilla son las nominaciones y los premios.