Este 11 de abril se celebra el Día Mundial del Parkinson con el objetivo de informar, comprender y generar empatía con las personas que viven esta enfermedad neurodegenerativa. El Parkinson es una afección cerebral que causa trastornos del movimiento, mentales, del sueño, dolor y otros problemas de salud. Esta enfermedad empeora con el tiempo y no hay cura, aunque los tratamientos y medicamentos pueden reducir sus síntomas.
Esta enfermedad presenta 5 signos de alerta temprana que debes tener en cuenta para evitar que avance esta enfermedad. A continuación, te contaremos cuáles son y qué otras medidas puedes tener en cuenta.

SIGNOS DE ALERTA TEMPRANA DEL PARKINSON
1. Temblor
Uno de los signos de esta enfermedad es el temblor en manos, mentón, labios o piernas. Los temblores o contracciones en las extremidades del cuerpo son síntomas tempranos y comunes de la enfermedad del Parkinson.
2. Retraso de movimiento o dificultad para caminar y moverse
La rigidez repentina puede ser una señal temprana de Parkinson. Si tus brazos no se mueven al caminar, o si tienes dolor en tus piernas, caderas u hombros, debes ir a un médico cercano para consultar acerca de esta enfermedad.
3. Cambios en la escritura
Si tu letra se vuelve más pequeña o juntas las palabras al escribir, este cambio repentino en la forma o el tamaño es un síntoma temprano de esta enfermedad.
4. Cambios en el habla
Si tu voz suena más baja o ronca cuando hablas, debes preocuparte. Los cambios en el volumen de la voz son un signo o señal de Parkinson.
5. Pérdida del Olfato
Si ya no puede oler ciertos alimentos como los plátanos (bananos), pepinillos en vinagre, o canela, debes consultar a un médico acerca de la enfermedad.
Estos rasgos son signos tempranos de Parkinson. Esta enfermedad también cuenta con otras señales de alerta como la ansiedad, problemas de sueño, cambios en el pensamiento, estreñimiento, cambios de humor, dificultad para masticar y tragar, fatiga y problemas de la piel.
TRATAMIENTOS
El tratamiento para la enfermedad de Parkinson se realiza a través de medicamentos, cirugía, rehabilitación y ejercicio.
Algunos medicamentos utilizados son la Levodopa/carbidopa, que son los más comunes para tratar la enfermedad. También se utilizan agonistas dopaminérgicos, anticolinérgicos, inhibidores de la COMT y amantadina.
La rehabilitación y la fisioterapia permiten mejorar el equilibrio y la movilidad, al igual que el ejercicio aeróbico y el entrenamiento de fuerza.