La moneda nacional se vio afectada por una combinación de factores internos y externos, que generaron una aversión al riesgo entre los inversionistas
Por: Andrés Manuel Contreras Alaniz
El peso mexicano sufrió una fuerte depreciación este lunes 5 de agosto, alcanzando un nivel de 20 pesos por dólar, su peor desempeño desde septiembre de 2022, lo que ha ocasionado que muchos se pregunten el porqué de este suceso.
Sin embargo, la moneda nacional se vio afectada por una combinación de factores internos y externos, que generaron una aversión al riesgo entre los inversionistas. A continuación, te presentamos cuáles fueron las principales razones.
PRINCIPALES FACTORES QUE IMPULSARON LA DEPRECIACIÓN DEL PESO
- Posibilidad de una recesión en Estados Unidos: El aumento del desempleo en la mayor economía del mundo y las expectativas de recortes en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal han generado temores sobre una desaceleración económica.
- Política monetaria del Banco de Japón: Los recientes cambios en la política monetaria del Banco de Japón han reducido el atractivo del carry trade, una estrategia de inversión que había favorecido al peso mexicano.
- Tensiones geopolíticas: Los conflictos en Medio Oriente, particularmente la situación en Israel y la reacción de la comunidad internacional, han aumentado la incertidumbre en los mercados financieros.
- Caída de los mercados globales: Las fuertes pérdidas en las bolsas de Asia y Europa, impulsadas por preocupaciones sobre el crecimiento económico y las tensiones comerciales, han generado un ambiente de aversión al riesgo a nivel mundial.
IMPLICACIONES PARA MÉXICO
Gabriela Siller, directora de Asuntos Económicos de Grupo Base, comentó a La Silla Rota que la depreciación del peso mexicano se debe a la creciente probabilidad de una desaceleración económica en Estados Unidos para el resto del año, e incluso a una posible recesión debido al deterioro en el mercado laboral.
A su vez, la caída en los índices bursátiles en Japón ha desencadenado un efecto dominó en los mercados financieros globales, generando pánico que ha llevado a los inversores a refugiarse en activos más seguros.
Por otro lado, los analistas han señalado que las tensiones en el Medio Oriente están en aumento, con Israel preparándose para un posible ataque de Irán en respuesta a los asesinatos de miembros de Hezbolá y Hamás.