Ella fue Nayella Quintero, la policía municipal de Cajeme que puso fin a su existencia

Desde niña siempre quiso ser doctora y al no lograrlo se decidió por la carrera policial con el fin de ayudar a las personas

Por: Luis Valenzuela

En medio de un aura de conmoción y pesar, La Secretaría de Seguridad Pública de Cajeme se encuentra hoy de luto tras la trágica partida de una de sus más dedicadas servidoras públicas, Nayella Quintero, de 34 años de edad.

La noticia de su fallecimiento ha sacudido a la corporación y a la comunidad en general, dejando un vacío difícil de llenar en el corazón de quienes la conocieron y trabajaron con ella.

¿QUIÉN ERA NAYELLA QUINTERO?

Nayella Quintero, quien se desempeñaba como miembro de la Policía Municipal de Cajeme, ocupaba un rol esencial como encargada de la Unidad Municipal de Atención a Víctimas (UMAV); su compromiso con la justicia y el bienestar de los ciudadanos era innegable, y su labor en esta área crucial no pasaba desapercibida para quienes dependían de su ayuda y orientación en momentos de dificultad.

Con una carrera marcada por la dedicación y el servicio a su comunidad, Nayella no solo se destacaba por su profesionalismo, sino también por su calidad humana, su trayectoria en la corporación policial incluyó un periodo en el Centro de Control, Comando, Comunicación y Cómputo (C4), donde su desempeño fue siempre reconocido por familiares, amigos y compañeros de trabajo.

NAYELLA DEJÓ HUELLA

Quienes tuvieron el privilegio de conocer a Nayella Quintero describen a una mujer comprometida, valiente y entregada a su labor; su vocación de servicio trascendía las fronteras del deber, y su empatía hacia las víctimas de la violencia y el delito la convertían en un pilar fundamental en la búsqueda de justicia y tranquilidad para quienes más lo necesitaban.

En entrevistas previas, Nayella Quintero expresaba que su deseo de niña era convertirse en doctora, sin embargo, al no lograr ese propósito, su firme convicción de ayudar al prójimo la llevó a tomar el camino de la Policía, pues para ella no solo consistía en aplicar la ley, sino también en proteger y acompañar a aquellos que se encontraban en situación de vulnerabilidad.

Su compromiso con esta visión altruista de su trabajo la distinguía como un ejemplo a seguir dentro de la institución policial y en la comunidad en general.

La repentina partida de Nayella deja un profundo vacío en el seno de la Policía Municipal y en el corazón de quienes tuvieron el privilegio de conocerla. Su legado de servicio, dedicación y humanidad perdurará como un faro de inspiración para las generaciones futuras de servidores públicos en Cajeme.

En este momento de duelo, la comunidad se une en solidaridad y gratitud hacia una mujer que entregó su vida por el bienestar de los demás. Que su memoria perdure como un recordatorio de los valores más nobles de la vocación policial y del compromiso inquebrantable con el servicio a los demás.

Por su parte las autoridades aún se encuentran buscando respuestas para tratar de establecer los motivos que orillaron a Nayella a tomar la funesta decisión de poner fin a su existencia.

DEJA UNA RESPUESTA