Una situación complicada
Por: Gerardo Armenta
Los motociclistas en Navojoa son un problema latente, señaló una información reciente publicada por Diario del Mayo bajo la firma del reportero Édgar Coronado. Se trata, en efecto, de una situación urbana que ha venido complicándose al paso del tiempo. El asunto no ha de ser exclusivo de un lugar como la Perla del Mayo, sino que también debe tener registro cotidiano en las ciudades grandes o medianas del Estado.
A la hora de la hora, una situación como la que se describe quizá tenga que asumirse como una nota distintiva del crecimiento urbano de una localidad. Bien podría reconocerse que primero fueron las bicicletas, luego los autos y ahora las motocicletas las modalidades del desplazamiento urbano. Pero también debe ser preciso advertir que nunca debió resultar tan problemática normar la circulación citadina de “bicis” y carros, comparando este esquema de tránsito con el propio de las “motos”.
Es preciso advertir que existen indicadores muy serios al respecto. En Navojoa, por ejemplo, los percances protagonizados por motociclistas se han convertido durante los últimos años en un problema serio de salud pública. Una premisa como la anterior se escribe rápidamente. Pero la cuestión estriba en tomar nota de lo que verdaderamente significa. Un problema de salud es o tiene que ser serio por simple definición. Y evidentemente lo resulta más cuando es protagonizado por motociclistas que con extrema frecuencia suelen causa graves contingencias viales en las calles y avenidas por las que circulan, tal y como ocurre en Navojoa desde hace ya buen tiempo atrás, dicho sea sin exagerar.
Las causas por las que los motociclistas en Navojoa suelen causar repetidos conflictos de tránsito, serían de un simplismo apabullante si no fuera por las consecuencias, a veces en extremo dramáticas, que hacen notar. En principio, todo se debe a la falta de cascos por parte de los conductores de “motos”, al exceso de velocidad que suelen mostrar en sus desplazamientos, y al nulo respeto a las leyes de tránsito. También se toma en cuenta en este apartado las facilidades existentes para adquirir unidades motorizadas como las aludidas.
Al respecto existe un dato que debe alarmar o preocupar por sí solo. Es el siguiente: de las 36 camas existentes en el área de Traumatología del Seguro Social en Navojoa, en un momento dado 25 han estado ocupadas por pacientes que de una u otra forma han participado en accidentes de motocicletas. Esto quiere decir que el 70% de quienes son atendidos en esa unidad médica, en un momento determinado llegaron allí por alguna razón de las varias que han convertido el motociclismo urbano navojoense en un peligro vial. Una estadística como la anterior tiene que ser dramática por fuerza y reveladora de la gravedad cotidiana que ha alcanzado ya el estado de cosas que se comenta.
El trabajo periodístico sobre este tema presentó datos interesantes o útiles para el estudio de una de las partes más serias de la problemática vial existente hoy por hoy en Navojoa. Por ejemplo, de acuerdo con estimaciones de Tránsito Municipal se calcula que en promedio se registran a la semana alrededor de cinco accidentes vehiculares. Todavía más: el 60% de los percances que ocurren en este ámbito notifican que hay una motocicleta involucrada. A menudo los protagonistas son jóvenes de entre 15 y 35 años Y, sin duda, lo más grave de todo: en el 30% de los casos se ha registrado la pérdida de una vida humana.
Definitivamente, este ya es un problema de salud pública que está afectando familias”, dijo Javier Adolfo Alatorre Correa, titular de Seguridad Pública navojoense. Expuso: “El que no pierde la vida, se queda con fracturas de gravedad”. Un último dato: la población de entre 15 y 25 años es la que más utiliza las motocicletas y, según registro oficial, el 80% de sus tripulantes no obedece en su totalidad las reglas de tránsito, no cuenta con places, licencia y tampoco utiliza casco protector. Una pregunta boba sería la siguiente: ¿y así salen a la calle?
El problema, como queda de manifiesto, es mucho más serio de lo a menudo suele creerse. Pero con el agravante de que ha venido creciendo con el paso del tiempo. Algo tendrá que hacerse para remediarlo. No para sacar de circulación a los motociclistas nada más porque sí. Debe existir alguna forma de lograr que estas unidades de transporte sirvan realmente para eso y no para sembrar riesgos o peligros en las calles citadinas. No es mucho pedir…
armentabalderramagerardo@gmail.com