La realidad muerde, aunque no queramos verla; nadie nos prepara para ello; sin embargo, nadie escapa de ella
Por: Jesús Huerta Suárez
Las cosas se complican día con día para todos. Nadie se salva del peligro de estar vivos y de lo complejo que pueden ser las cosas cuando no estamos preparados para asimilarlo. Sin duda, del sufrimiento y de la oscuridad no se escapan ni ricos, ni pobres, ni bonitos, ni feos, ni buenos, ni malos, ni flacos, ni gordos. Nadie. Nadie está a salvo mientras esté vivo, aunque puede que no lo veas, pero pronto la cruel realidad te morderá y te querrás morir. La realidad muerde. Con esto me refiero a que el nuevo lujo o privilegio al que podemos aspirar es el bienestar emocional, sicológico y social. A contar con inteligencia emocional que nos permita como seres humanos manejar el estrés, relacionarnos con otros y p la toma de buenas decisiones. En la actualidad las enfermedades o trastornos mentales representan su porcentaje más alto en México y el mundo. La gente parece no estar feliz con nada, y se nota en su cara y en su actitud. Su vida, por lo general, carece de alicientes que los empujen a la autorrealización y satisfacción, o cuando menos ser felices o ya de plano llenar el vacío existencial que se cierne sobre nuestra vida. ¿Qué puede afectar a la salud mental?
La inseguridad, desesperanza, rápido cambio social, riesgos de violencia, problemas que afecten la salud física, factores y experiencias personales, interacción social, valores culturales, y experiencias familiares, escolares y laborales, son algunos de los elementos que la afectan.
¿Cuál es la enfermedad mental más grave del mundo?
La depresión es el trastorno mental que más afecta a la población y es, además, una de las principales causas de discapacidad en el mundo. Aunque es una enfermedad tratable, seis de cada diez personas que la padecen en América Latina y el Caribe, no buscan o no reciben el tratamiento que necesitan
¿Cómo cuidar tu salud mental en tiempos difíciles?
Reconoce tus emociones. Piensa en lo que puedes hacer para distraerte. Mantén el contacto con tus seres queridos. Fíjate en las cosas buenas. Sé amable contigo y con los demás. No descuides tu salud. Descansar correctamente. Hacer ejercicio físico. Comer de forma saludable. Evita azucares, el alcohol o la cafeína. Tener la mente ocupada. Disfrutar del tiempo libre realizando alguna actividad que nos haga sentir bien, ya sea solo o en compañía de otras personas. Proyectar pensamientos positivos. Gestionar los propios pensamientos enfocándolos hacia elementos positivos de la vida y sosteniendo siempre un sentido de esperanza. Es importante mantener el contacto con otras personas. Socializar y hablar con las personas más cercanas, ayuda a mejorar el bienestar personal. Relajarse. Intentar conservar la mente relajada y reducir todo aquello que genera estrés. Disfrutar de los hobbies puede ayudar a mantenerse calmado. Ponerse objetivos o metas. Usar las nuevas tecnologías correctamente. Reducir el tiempo que se le dedica a los dispositivos electrónicos, puede ser clave para hallar un equilibrio en la vida. Solicitar ayuda cuando sea necesario.
Hay que ser sincero con uno mismo y en caso de no sentirse bien, acudir a un profesional de la salud mental, el cual ayudará a encontrar las herramientas necesarias para sentirse mejor y para no volverse loco de atar.