Ante los tiempos políticos
Por: Gerardo Armenta
Los interesados en el asunto, y es posible qué hasta los indiferentes en su desarrollo, saben ya que recién terminaron las denominadas precampañas presidenciales. Hoy se ha puesto en práctica un ejercicio un tanto silencioso con respecto a la búsqueda electoral de la Presidencia, que durará hasta finales de febrero. En marzo comenzará formalmente el calendario electoral correspondiente a la totalidad de esta coyuntura.
Pero es obvio (y más que obvio) que todo mundo en este país sabe ya que los meses por venir serán estrictamente políticos o electorales (o viceversa). Convendría recordar, al tenor de este tema, que el beisbol fue identificado durante mucho tiempo en este país como el rey de los deportes. Quién sabe si lo siga siendo actualmente. Acaso deba asumirse, por la fuerza de la notable evidencia de hoy, que un sitial como el descrito corresponde actualmente a la política. Y es o debe ser así porque casi todo mundo gusta o suele hablar de este quehacer. ¿Por qué? Tal sería la pregunta.
Sin embargo, no puede soslayarse que, a pesar de planteamientos como los anteriores, la política en un contexto como el de México no tiene del todo buenas famas. Para bien o para mal, este país es hoy lo que es por obra y gracia tanto de sus buenos políticos como de aquellos que alcanzaron desgracia de impresentables. ¿Son o han sido más los primeros que los segundos? Esta es una pregunta que no ha de resultar fácil contestar de buenas a primeras.
En las novelas y en las películas los buenos siempre ganan la batalla. ¿Sucede lo mismo en el campo específico de la política? Eso es lo que habría que averiguar. Porque resulta obvio que no todo puede ser negativo en un contexto nacional, como evidentemente no lo es, así se aluda al de este país. El problema es que lo negativo siempre llama más la atención que lo que vale aplaudir. Tal es una costumbre que no se advierte cómo podría corregirse en un tiempo perentorio.
Quizá por eso en México los tiempos políticos (sexenio, trienios) suelen ser tanto una realidad contundente como una fantasía súbita cuya comprensión pasa tanto por reacciones como el beneplácito desbordado y la ira que igualmente marca sus propias medidas. He aquí una actitud colectiva que por su repetición histórica tiene ya carta de naturalización en el esquema político que sustenta la institucionalidad del país, por decirlo de esta manera tan formal. Al final, ciertamente, los hechos no dejan mentir.
De esta forma, cabe reiterar que pronto se abrirá en el país un nuevo tiempo para la siguiente campaña presidencial. Una grandísima parte de la opinión pública ha tomado debida nota de esta circunstancia. Recién, como se anotó en renglones arriba, terminó un ejercicio previo denominado precampañas, si bien con una serie de limitaciones o prácticas para sus participantes. Lo importante es que dos damas y un caballero quedaron ya en debida aptitud para figurar en la inmediata contienda presidencial.
En rigor de hechos, no puede ignorarse que realmente fueron Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez quienes protagonizaron esta primera etapa de la carrera presidencial. Jorge Álvarez Máynez se sumó a este compromiso prácticamente al cuarto para las doce, lo que significa que llegó tarde. Bien se sabe cuáles son los apoyos partidistas de que dispone esta trilogía de aspirantes. A Sheinbaum la respalda la coalición Sigamos Hacienda Historia (Morena, Partido Verde Ecologista y Partido del Trabajo). A Gálvez le apoya igualmente una coalición: Fuerza y Corazón por México (PAN, PRI y PRD). Álvarez Máynez es el abanderado de Movimiento Ciudadano.
Cabe señalar que todas las mediciones efectuadas durante el tiempo de precampañas, favorecieron a Claudia Sheinbaum en una proporción francamente abismal y quizá hasta demoledora, como lo prueba la ventaja de 20 puntos que se evidenció. La opinión de los expertos en la materia es que Xóchitl Gálvez hará crecer su aceptación durante la campaña electoral propiamente dicha. De Jorge Álvarez Máynez de plano no se pronostican cosas favorables en los tiempos casi inmediatamente por venir.
Es probable que tales tiempos lleguen con mayor rapidez que la usualmente evidenciada en otras circunstancias. Aunque se supone que en los días venideros no habrá mucha resonancia electoral por disposición legal. Pero, de todas maneras, es evidente que algo tendrá que salir a luz. Ya se verá…
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