El también arzobispo emérito de Zacatecas falleció en Roma, quien fue ayudante clave de Juan Pablo II; será sepultado en su natal Michoacán
Por: Edel Osuna
La Iglesia católica está de luto, pues a los 89 años de edad falleció el arzobispo emérito de Zacatecas, el cardenal Javier Lozano Barragán, quien durante su presencia en la Santa Sede se convirtió en uno de los ayudantes clave del Papa Juan Pablo II.
La noticia de su muerte fue anunciada este miércoles, luego de convalecer en la Clínica San Pío XI por una caída en su departamento, y por la cual los médicos, al no poder hacer más dado a su avanzada edad y su delicado estado de salud, determinaron enviarlo a casa.
QUIÉN FUE JAVIER LOZANO BARRAGÁN
El cardenal mexincano nació en Toluca, Estado de México, el 26 de enero de 1933; ingresó al Seminario Diocesano de Zamora, Michoacán, y fue ordenad sacerdote el 30 de octubre de 1955.
De 1979 a 1984 tuvo bajo su cargo la III Vicaría Episcopal de la Arquidiócesis de México “San Felipe de Jesús”; en su último año fue nombrado obispo y en 2003, durante el pontificado de Juan Pablo II, fue designado cardenal, de quien se convirtió en un ayudante clave.
Ya en Roma, fungió como presidente del Pontificio Consejo para los operadores sanitarios, y renunció durante el papado de Benedicto XVI, por motivos de edad.
Lozano Barragán era, además, presidente emérito del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, en El Vaticano.
El cardenal Javier Lozano Barragán no será incinerado, sino que, de acuerdo con sus deseos, será sepultado en Zamora, Michoacán, donde tenía su casa y la sede de la fundación dedicada a su madre, Lolita.
