En su intento por salvar una vida, perdió la suya; el dolor está latente y una calle lleva su nombre, como reconocimiento a su enorme valor
Por: Edel Osuna
Jamás pensó que convertirse en héroe le costaría la vida; sin embargo, su valeroso acto lo llevó a la inmortalidad para los cajemeses.
Se trata de José Manuel Castillo Velásquez, de 29 años y quien la tarde del martes 12 de julio escuchó gritos de auxilio que de inmediato lo pusieron en alerta: era una mujer que se estaba ahogando en la Laguna del Náinari, sitio de recreo por excelencia de la población y de quienes visitan la ciudad.
Dado a su enorme espíritu altruista y desinteresado amor por el prójimo, José Manuel no lo pensó dos veces y rápidamente se metió al agua, en un intento de rescatar a la fémina en grave apuro.
Sin embargo, algo ocurrió que impidió que José Manuel cumpliera su objetivo y, por el contrario, queriendo salvar una vida, perdiera la suya.
Y entonces, el dolor de una familia se extendió a todo un municipio y a los corazones en diversos lugares donde la noticia de su muerte llegó.
Así, en medio de ese aún vivo recuerdo de una tragedia que no se borra, a un año de su trágico deceso, en redes sociales cajemenses recordaron el sacrificio de un apasionado de la música y de sus seres queridos.
En reconocimiento a su gesta heroica, los obregonenses demandaron a las autoridades municipales que la prolongación de la calle Guerrero, que pasa por entre la Novia de Cajeme y el Centro Deportivo Álvaro Obregón (CDAO) llevara su nombre.
Hoy, esa vialidad lleva su nombre, y para quien pregunte qué hizo este hombre para que bautizaran una calle con su nombre, se le contará la historia de un enorme acto de amor desinteresado por el prójimo.
