El uniformado se metió a una vivienda particular que no era de él y los vecinos lo sacaron a puros golpes
Por: Edel Osuna
Definitivamente el alcohol no es, para nada, un buen consejero, pues además de calentar los ánimos, hace que la gente agarre valor de donde no tiene y se porte bravucón; o, en el menor de los casos, cometa pifias que lleven a las personas a que le propinen una felpa.
Tal es el caso ocurrido en la privada Santa Fe, del fraccionamiento Juan C. Doria, en Pachuca, Hidalgo.
En ese lugar, un oficial en estado inconveniente, alcoholizado, pues, recibió una paliza de parte de los vecinos del sector, pues en esas condiciones ingresó a un domicilio.
A raíz de ello, los moradores de la privada detuvieron al agente, que se portó prepotente, pero lo sometieron a golpes; luego, llamaron a la Policía y, en vez de acudir los de Pachuca, que era su jurisdicción, asistieron oficiales de Seguridad del municipio Zempoala.
Al parecer, el oficial detenido provenía de una fiesta que brindó Jesús Hernández Juárez, alcalde de Zempoala, quien es acusado de constantes farras y desmanes.
Además, el poli ebrio se apersonó como custodio del munícipe, por lo que los inconformes criticaron la detención ocurrida fuera de su jurisdicción.