Lo sencillo parecía interesante para dicho partido. ¿Qué implica lo sencillo para el PRI? Arrodillarse ante el PAN para unificar un bloque opositor
Por: Héctor Manjarrez Rubalcava
Mirada política
¡Qué bárbaro! Tras la discusión en la reforma eléctrica ha quedado claro que el PRI cuenta con uno de sus peores liderazgos en la historia, en esta ocasión encabezado por el exgobernador de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas. Este personaje de la clase política, además de ser fuertemente acusado por múltiples delitos cometidos bajo su mandato en el Poder Ejecutivo de la entidad en el sureste del país, definitivamente dejó en ridículo la integridad política de su partido en la pasada sesión legislativa para aprobar la reforma eléctrica. Esto dado que el PRI históricamente se ha demostrado como un partido político con firmes intereses nacionalistas, y en consecuencia, pudiera pensarse que al ser este partido aquel que construyó y edificó el sistema eléctrico de México, iba demostrarse a favor de este proyecto que además de expandir la capacidad de CFE en el proceso de producción-suministro de energía, a su vez iba generar un crecimiento estratégico en la participación del Estado para la definición del mercado energético del país. Sin embargo, lo sencillo parecía más interesante para dicho partido. ¿Qué implica lo sencillo para el PRI? Arrodillarse ante el PAN para unificar un bloque opositor, en el cual a través de juegos con la asignación de candidaturas a las gubernaturas, votos en el congreso, aportaciones económicas y entregando la candidatura presidencial, el PRI a cambio recibiría sus respectivos curules en ambas cámaras (senadores y diputados) para así “subsistir” como fuerza política y permanecer con específicas posiciones en el poder hasta lograr una reconstrucción de lo que en algún momento llegaron a ser como partido político. Esto es evidente a través de la forma en la que el mismo Moreno Cárdenas obligó a sus diputados en la Cámara a acudir a la sesión pese a que algunos tuvieron que asistir con tanque de oxígeno dado sus condiciones de salud, o también algunos congresistas que incluso reconocieron no haber tenido la oportunidad de reflexionar la reforma por completo pero que su voto se encontraba definido. ¿Cómo fue posible esto? Ahí está la interrogante. Habría que sumarle que el mismo “Alito” dentro de la sesión legislativa únicamente hizo presencia en tres ocasiones, al momento del pase de lista, de hablar en el pódium y para votar, es decir, con un tiempo estimado de tres horas de asistencia dentro de las 13 horas que duró este proceso legislativo. Ahora bien, a esto hay que sumarle la prepotente y arrogante actitud durante la sesión, es decir, por medio de amenazas a Ignacio Mier, coordinador de los diputados de Morena, sumado con pretensiones para boicotear la participación de Morena y aliados durante la sesión, agregando los múltiples gritos, ofensas, etc. Definitivamente no fue el único político en hacerlo, pero lo que sí queda claro es que dicha conducta es inaceptable en un presidente nacional de un partido político. En conclusión, este domingo quedó claro que la actitud de “Alito”, sumado con los terribles resultados de no lograr alcanzar a ganar ninguna gubernatura en lo que lleva su presidencia en el CEN del PRI y ser aquel dirigente en los peores tiempos en resultados del partido, considero que son los suficientes argumentos para solicitar un inmediato relevo en favor del mismo partido y consecuentemente, de México. “La arrogancia es la manifestación de la debilidad, el miedo secreto hacia los rivales” Comentarios:
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