Apenas han transcurrido tres meses del 2022, pero el pesimismo ya comienza a apoderarse de los pronósticos para la economía mexicana en este año
Por: Moisés Gómez Reyna
Apenas han transcurrido tres meses del 2022, pero el pesimismo ya comienza a apoderarse de los pronósticos para la economía mexicana en este año.
Y no es que las proyecciones iniciales para nuestro país derrochaban optimismo, sin embargo, ahora están evolucionando de regulares a negativas.
La semana pasada, el Banco de México (Banxico) dio a conocer los resultados al mes de marzo de su Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, y en ella quedó claro el cambio de ánimo en los expertos.
En diciembre de 2021, los economistas encuestados esperaban un crecimiento para 2022 de 2.79%, mientras que ahora prevén que el Producto Interno Bruto (PIB) del país solamente crecerá este año un 1.76%.
Hay quienes son todavía más pesimistas, como es el caso de la calificadora Moody’s, la cual recortó también la semana pasada sus pronósticos de crecimiento para México de 1.5 a 1.1%.
La reducción, señaló, obedece al impacto que podría tener a nivel global el conflicto bélico que se vive entre Rusia y Ucrania, y México no quedará exento de resultar afectado.
Además, las debilidades que presenta nuestro país, añadió Moody’s, están ligadas a un marco político más débil, una demanda interna lenta, débiles perspectivas de inversión y productividad limitada.
Pero no sólo en materia de crecimiento hay malos augurios para nuestra economía, ya que las proyecciones de inflación para este año se han disparado notablemente, lo que sin duda no son buenas noticias para los bolsillos de las familias mexicanas.
En diciembre pasado, los especialistas consultados por el Banxico pronosticaban una inflación para este año de 4.22%, pero ahora consideran que cerrará en 5.86%, casi el doble del objetivo anual de 3%.
Es importante precisar que en número, la mayoría de los expertos encuestados esperan que la inflación sea mayor al 6%, sin embargo, el promedio aritmético quedó ligeramente por debajo de esa cifra.
En este caso, la guerra también ha cambiado los pronósticos de aumento en los precios, debido a la importancia de Rusia y Ucrania en la producción de energéticos, granos y metales.
No está de más decir que actualmente los alimentos presentan una inflación anual de 12.6%, por lo que es de esperar que este año crezca la pobreza en nuestro país.
Por esto, el Gobierno federal ha dejado ver la posibilidad de establecer controles de precios en alimentos básicos, a fin de contener la inflación, como lo hizo sin gran éxito hace unos meses con el costo del gas LP.
Finalmente, en cuanto a tasas de interés, los expertos esperan un incremento importante este año, pues actualmente la de fondeo interbancario se encuentra en 6.50%, pero para final de 2022 se prevé que se sitúe en alrededor de 8.09%.
Esto significa que el dinero será más caro y, por lo tanto, todos los tipos de créditos existentes (de tarjetas, nómina, automotrices o hipotecarios) verán un aumento en sus costos, lo que sumado a la inflación, seguramente limitará más el consumo en los hogares mexicanos.
Como vemos, las expectativas para lo que resta del año son poco favorables y en caso de que el conflicto armado en Europa se extienda mucho más tiempo, su impacto en la economía global será mayor, lo que podría afectar aún más los pronósticos para nuestro país.
En los hogares y las empresas no queda más que prepararse para la turbulencia que se avecina, cuidando el ingreso o el empleo, optimizando el gasto, y procurando contar en todo momento con un ahorro para posibles emergencias.
Twitter: @GomezReyna