El sistema siempre ha estado expuesto a los vaivenes de las calenturas políticas
Recién terminado el mes de conmemoración de los héroes mexicanos que nos dieron la independencia, parece ser que las ansias por la renovación presidencial de 2024 han comenzado a desbocarse y, en este round, si bien es cierto que no pudiese anotársele a la oposición por su carencia de perfiles con liderazgo, también es justo mencionar que han sido días complejos para el partido del sistema: Morena.
El sistema siempre ha estado expuesto a los vaivenes de las calenturas políticas, empero, en el nuevo régimen estructurado con base al liderazgo caudillista de López Obrador, el juego cambio en su totalidad, debido a que, lo que con anterioridad debilitaba a los presidentes, hoy en día fortalece a un López Obrador que, tal como sucediera en una de las 12 tareas impuestas a Hércules con el reto de acabar con la Hidra de Lerna, cada que sus adversarios pensaban haberle cortado una cabeza, inmediatamente regeneraba otra, volviéndose así más fuerte ante la adversidad.
Sin embargo, los seguidores de esta emocionante arenga en búsqueda del poder, hemos podido observar como poco a poco la realidad ha ido alcanzando a un presidente que revoluciono la manera de hacer política en el país, y que, ya no tanto por lo duro, sino por lo tupido, ha tenido que ir retrocediendo conforme el paso del tiempo pone en su exacta dimensión sus acciones, las cuales ya no pueden ser escondidas bajo la burla y refranes en los cuales se ha recargado en el pasado para evadir los cuestionamientos a un gobierno que, en los números ha quedado demostrado estar muy por debajo de lo prometido.
En la última entrega de esta saga digna del lema de campaña que los llevo al poder “Juntos Haremos Historia”, la embestida vino de donde menos pensaban, un grupo de hackers mexicanos denominado Guacamaya, dio a conocer un sinfín de documentos clasificados pertenecientes a la Secretaría de Estado con mayor poder en la actualidad, SEDENA, mismos que fueron obtenidos debido a que el gobierno dejó de pagar las licencias de los programas que protegían estos documentos, y que contienen información de temas tan trascendentales como la salud del propio Presidente de la República, datos sobre la liberación de miembros del crimen organizado en el llamado “Culiacanazo”, entre algunos otros archivos que seguramente se han de ir conociendo conforme el paso del tiempo, aunado a la salida al mercado del libro que ha causado tanta polémica que, antes de su publicación, ya se han agotado todos los ejemplares disponibles hasta el momento; El Rey del Cash, un libro escrito por Elena Chávez y que promete revelar los negocios realizados al amparo del poder presidencial del actual gobierno.
Lo anterior cobra relevancia más allá del morbo sobre las enfermedades del presidente, o sobre si mintió asegurando que tenía Covid-19 en lugar de una larga lista de enfermedades del corazón, en el sentido de la vulnerabilidad de un sistema que pudiese parecer como impenetrable cuando, en realidad, adolece de los mismos males que los regímenes del pasado han adolecido en el sistema político mexicano: corrupción, negocios al amparo del poder, influyentismo, entre otros, en una larga lista de males que, para infortunio de los habitantes de este país, el presidente con mayor aceptación y respaldo legislativo de los últimos años, desaprovecho esta enorme oportunidad histórica para seguir con las mismas viejas prácticas del pasado, solo que ahora, bajo el amparo de una correcta estrategia de comunicación que parece haber comenzado su natural desgaste.