En mis años como conferencista en el noroeste de México, he visitado algunas ciudades hablando sobre ciudadanía, comunidad y temas empresariales. Hoy me preocupa profundamente cómo algo tan básico como la limpieza urbana se ha vuelto una tarea ignorada por muchos. Ciudad Obregón, que llegó a ser reconocida como una de las ciudades más limpias del noroeste, hoy lucha contra una realidad dolorosa: calles y callejones llenos de basura, solares baldíos convertidos en vertederos improvisados y un sentido de pertenencia y orgullo que parece haberse desdibujado.
LA CIUDAD NO SE ENSUCIA SOLA
La frase "la ciudad más limpia no es la que más se barre, sino la que menos se ensucia" debería estar pintada en muchas bardas. Tirar una botella, dejar una bolsa rota en la banqueta o permitir que el perro haga sus necesidades sin recogerlas, son actos que parecen pequeños, pero que juntos suman toneladas de contaminación visual, ambiental y sanitaria. La recolección de basura en Cajeme es clara y organizada: el camión pasa tres veces por semana, recoge únicamente bolsas bien amarradas. Lo demás, lo que se deja regado, amontonado o expuesto, se queda. Y, lo peor, los perros callejeros lo esparcen, generando focos de infección que nadie limpia después. Ser ciudadano también es entender las reglas simples de convivencia. (En un gesto de agradecimiento, demos las gracias al personal que se la lleva, con vaso de agua fresca).
UN EJEMPLO A SEGUIR: LA CALLE QUE MADRUGA
En la colonia Prados del Tepeyac, un grupo de vecinas y vecinos ha tomado la limpieza en sus propias manos. Cada mañana, antes de las 7:00 a.m., barren sus banquetas, recogen hojas, colocan su basura en bolsas cerradas y vigilan que ningún perro husmee donde no debe. Gracias a esta acción comunitaria, esa calle es una de las más limpias del sector. Lo que comenzó con una sola vecina ahora lo siguen más de 10 familias. ¿Cuál es el secreto? La voluntad de cooperar, de dar el ejemplo y de entender que lo público también es responsabilidad personal. Este ejemplo puede replicarse en cualquier colonia, solo hace falta dar el primer paso.
¿QUÉ PUEDES HACER TÚ DESDE HOY?
Haz un trato contigo mismo y con tu calle: mantén limpia tu banqueta, recoge lo que ensucien tus mascotas y deposita la basura de forma correcta. Involucra a tus hijos, habla con tus vecinos, propón una pequeña jornada de limpieza semanal. No esperes a que el Gobierno haga todo, porque los servicios existen, pero no alcanzan si nadie colabora. Según datos de Inegi (2023), en Cajeme se generan más de 400 toneladas de basura al día, gran parte de ellas mal dispuestas. Cambiar esta realidad empieza por acciones sencillas, sostenidas y compartidas.
Sí podremos, es tu decisión y la mía.
Minirreto de la semana:
- Barre tu banqueta tres veces y recoge toda la basura suelta: notarás y notarán la diferencia.
- La transformación comienza por mirar nuestra calle con ojos de compromiso. Si queremos recuperar el orgullo por nuestra ciudad, empecemos por no ensuciarla.