Inflación en EU

Definitivamente no hay que tener falsas esperanzas: la inflación no dará tregua a los bolsillos de las familias en 2022

Por: Moisés Gómez Reyna

Hace unos días se dio a conocer que en febrero los precios al consumidor en los Estados Unidos tuvieron un incremento anualizado del 7.9%, su mayor nivel en 40 años, impulsados por el alza en los costos de los energéticos, a causa del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.

Todo indica que en marzo la presión inflacionaria en ese país será todavía peor, puesto que los precios promedio de la gasolina regular llegaron a los 4.32 dólares por galón, lo que equivale a 24.50 pesos mexicanos por litro.

De esta forma, en los últimos 12 meses los costos de los combustibles para el consumidor estadounidense se han elevado en 52.4%.

Por la relación económica que existe con los Estados Unidos, es inevitable que esas presiones inflacionarias también se reflejen en nuestro país.

Si bien es cierto que el Gobierno federal anunció que subsidiará el precio de los combustibles a fin de contener las alzas en los energéticos, de prolongarse la guerra en Ucrania, el costo para las finanzas públicas podría ser enorme y, de cualquier forma, esto no evitará el repunte de la inflación en México.

Pero aun suponiendo que esta medida se sostenga en el tiempo, de cualquier forma, nuestro país experimentará un alza importante de precios al consumidor, ya que importamos una gran cantidad de productos de Estados Unidos, y al haber una inflación histórica en ese país, obviamente nuestras compras también resultarán más caras.

El 44% de las importaciones que anualmente realiza México provienen de los Estados Unidos, y en particular compramos: Combustibles, gas y aceites; maquinaria y equipo mecánico; aparatos y material eléctrico; vehículos, tractores y autopartes; y productos plásticos.

Pero el mayor problema para los consumidores estará en los alimentos. En cuanto a granos y leguminosas importamos cada año: mil 860 millones de dólares de maíz, 578 millones de frijoles y soya, 355 millones de trigo, 290 millones de arroz y 229 millones de dólares de manzanas y peras.

En lo que respecta a productos de origen animal importamos: mil 188 millones de dólares de carne de puerco, 901 millones en carne de aves, 683 millones de dólares en leche y crema, 428 millones de carne de res y 427 millones de dólares en quesos.

Adicionalmente, le compramos a Estados Unidos 549 millones de dólares en diversos azúcares (fructuosa, glucosa, etc.), 257 millones en salsas, 239 millones en preparaciones para sopas, 232 millones en alimentos para animales y 195 millones de dólares en preparaciones para pan y repostería.

Tan sólo en estas 15 categorías de productos alimenticios, nuestro país importa anualmente 8 mil 411 millones de dólares, es decir, más de 180 mil millones de pesos.

Así, el valor de estas importaciones de alimentos provenientes de Estados Unidos equivale en conjunto al Producto Interno Bruto (PIB) de Baja California Sur, y rebasan el valor de las economías de Colima y Nayarit.

Por todo esto, es previsible que en los próximos meses estos sean los productos alimenticios que incrementen sus precios al consumidor en México, así como sus derivados: pan, harinas, tortillas, pastas, aceites comestibles, refrescos, entre muchos otros.

Esto se vendrá a sumar a los aumentos del limón, aguacate o la cebolla que en el último año han subido más de 100%, lo que para muchos se debe al recorte de apoyos al campo y las extorsiones del crimen organizado a productores.

Por ello, algunos expertos de la última Encuesta Citibanamex de Expectativas comienzan a pronosticar que en este 2022 la inflación en México podría alcanzar hasta un 8%, es decir, que sería mayor a la de 2021. Esto sin duda es un escenario desfavorable para la economía de millones de familias.

Twitter: @gomezreyna

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