Por: Jesús Huerta Suárez
Un día como este, pero en el año 2012, escribía esto en mi diario: De repente sentí frío en el alma; el miedo y la confusión que éste provoca, se apropiaron de mis sentidos. En lugar de abrigar la dicha propia que todo renacimiento trae consigo, y de advertir la esperanza a mi alrededor por tener ante mí la posibilidad de estar comenzando un nuevo año, me dejé llevar por los espejismos de la desventura. Y ahí estaba, llorando de nuevo las mismas lágrimas de siempre, hasta que decidí poner el dedo en la llaga. Entonces comprendí que, si tanto me aflige el fugaz paso del tiempo que se lleva consigo las hojas de nuestro calendario, y me avoqué a llenar de algo de alegría el momento siempre presente. Alegría que es lo único que al final nutre de salud al espíritu. El regocijo de los momentos tristes y de los momentos felices, por igual, aquilatarlos cual joyas de la existencia.
Ahora, es necesario darse cuenta que no hay que nos dejamos llevar por la imperante voluntad del deseo que casi, inevitablemente, nos lleva al callejón sin salida de los excesos, si queremos ser mejores personas y sentir mayor plenitud.
Igualmente, hay que estar conscientes de que los paladines de la política partidista, que tanto daño nos han hecho por su desmedida ambición personal e incapacidad, nos tienen en la mira de nuevo, y que hay que responderles con exigencias y reclamarles responsabilidad.
Veremos qué hacer en este país en donde la equidad no funciona y que no necesariamente el trabajar más nos permite vivir mejor, mientras sigamos llevando la estupidez como bandera y la escasa participación ciudadana como credo. Y que, mientras unos se mueren de hambre y sufren los golpes de la ignorancia, otros nadan en riqueza, teniendo el engaño y la autocomplacencia como musas.
Dejaremos de creer que el estado natural de las cosas es que la población siga aumentando sin ton ni son a costa de la depredación de la naturaleza y de la miseria humana.
Seamos mesurados en el uso de los créditos e inmoderados en el regalo de sonrisas.
No temamos el ocio físico, sólo al mental.
Ejerzamos nuestro derecho a la libertad a pesar de la violencia y el prejuicio.
Abramos nuestra puerta al Dios del universo. A la Palabra sagrada. A la conciencia.
Bienvenido febrero 2021.
“Escarba ese hoyo, y cuando al fin hayas terminado, será el momento de comenzar otro más” Pink Floyd
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