A futuro se espera que las compras por Internet se integren aún más en la vida diaria, impulsadas por la inteligencia artificial
Por: César Omar Leyva
En 1971, un grupo de estudiantes de informática de Stanford y el MIT realizó una transacción para la compra de "hierba prohibida" a través de Arpanet, la precursora de Internet. Sin embargo, este intercambio no fue considerado el primer negocio digital porque solo se utilizó la red para coordinar la entrega, sin involucrar un pago en línea.
De acuerdo a un artículo de la revista Muy Interesante, el verdadero hito llegó en 1984, cuando Jane Snowball, una mujer británica de 74 años y en silla de ruedas por una fractura de cadera, hizo un pedido de margarina, cornflakes y huevos desde su televisor a través de Videotex, un sistema desarrollado por Michael Aldrich en 1979.
Esta tecnología conectaba la televisión con una línea telefónica, convirtiéndola en una terminal de compras en línea que Snowball manejó con su control remoto. Aunque esta compra tampoco implicó un pago en línea, fue el primer ejemplo de comercio electrónico tal como lo conocemos hoy.
PIZZANET: EL PRIMER PEDIDO CON PAGO EN LÍNEA
Fue en 1994 cuando el comercio en línea experimentó un avance significativo. Pizza Hut lanzó "PizzaNet", un proyecto que permitía a los clientes pedir y pagar sus pizzas a través de Internet. Jon Payne, entonces director de Desarrollo de Ventas de la cadena, describió los desafíos técnicos de aquella época: las conexiones de Internet eran lentas y los módems telefónicos apenas alcanzaban a soportar la carga.
Sin embargo, el experimento funcionó y marcó un antes y un después en la historia del comercio digital. La primera venta registrada fue una pizza de champiñones con queso por 12.48 dólares.
APRENDIZAJES QUE PUEDE DEJAR EL COMERCIO ELECTRÓNICO
La historia de Jane Snowball y Videotex destaca la importancia de adaptar la tecnología a las necesidades y hábitos de los usuarios. El sistema permitía que personas sin conocimientos previos de informática, como Snowball, realizaran compras utilizando una interfaz conocida: su televisor y mando a distancia.
Este enfoque reduce la curva de aprendizaje y muestra cómo la adecuación tecnológica al público objetivo es clave para el éxito.
Otra lección valiosa es la necesidad de no subestimar a los grupos tradicionalmente marginados del comercio digital, como los adultos mayores.
Este grupo demográfico, a menudo desatendido, representa un segmento numeroso y con gran potencial de fidelización si se desarrollan interfaces adaptadas a sus necesidades.
EL FUTURO DEL COMERCIO ELECTRÓNICO
En los próximos 10 años, se espera que las compras en línea se integren aún más en la vida diaria, impulsadas por la inteligencia artificial, la realidad aumentada y el uso de asistentes virtuales.
Además, la conciencia sobre sostenibilidad y la inclusión de métodos de pago más diversos y accesibles asegurarán un crecimiento aún más inclusivo y adaptado a las necesidades de todos.