Rosario Rivera se mantiene en la lucha contra el mal, luego de un profundo aprendizaje de vida que la llevó a valorar los más pequeños momentos
Por: Ana Jusaino
“¿Por qué a mí?”, fue el primer cuestionamiento que se hizo una joven y próspera ama de casa, dueña de una tienda de vestidos de novia, luego de que en un abrir y cerrar de ojos le diagnosticaron cáncer de mama.
Rosario Rivera Castro platicó que, de levantarse en una mañana habitual, llena de planes y quehaceres domésticos y laborales, sucedió lo inesperado
Aquello, le cayó como un balde de agua fría e hizo que su mundo se tornará gris: sintió una protuberancia en su seno izquierdo.
Y así, sin poder asimilarlo, de despertarse un buen día sin problemas significativos, sino lleno de bendiciones, terminó en una conocida clínica de la localidad, en un consultorio con un especialista al frente diagnosticándole cáncer de mama, luego de una serie de estudios.
El médico le comentó que era su decisión seguir con los tratamientos, debido a que una vez que comienzan con los mismos, no había vuelta atrás, pues de suspenderse las quimioterapias y las consultas su condición podría empeorar.
Pero al pensar en sus hijos, un niño de nueve años y una pequeña de cinco, así como su marido, no podía dejar que la enfermedad le arrebatara a su más grande tesoro, su familia, por lo que se dejó llevar por de la mano de su oncólogo.
“Me di cuenta del padecimiento hace dos años y es estar viviendo una película. De repente tuve un dolor, en mi caso fue como un piquete, un pellizco que yo sentí y me llamó la atención, sentí como una canica que al tocarla se me resbalaba”, recordó.
Rivera Castro se mantiene en tratamiento de fármacos orales y hasta el momento lleva tres cirugías, 12 quimioterapias, 50 radioterapias y la extirpación de la mitad del pulmón.
SU RESPUESTA FUE CONTESTADA:
Después de preguntarle a Dios, el por qué permitió que el cáncer la dañara, comprendió que por más cruel y doloroso que sea el camino, siempre hay un propósito detrás, ahora pasa más tiempo con su familia, ha reforzado los lazos que antes había descuidado por mantenerse sumida en el trabajo.
“Yo antes, cuando todo surgió, mi pregunta era un por qué, por qué a mí, por qué ahorita, por qué si yo soy buena, Señor, por qué si yo tengo hijos, por qué si yo si ayudo. Y no encontraba respuestas”, expresó.
Ahora observa la vida desde una perspectiva más profunda, más espiritual, más agradecida y aprecia los momentos, por más pequeños e insignificantes que pudieran parecer, todas experiencias que vive día a día, las disfruta más que cuando no recibía ese diagnóstico.
“Ya cuando estuve en casa, acostada recuperándome porque no podía trabajar, porque no podía levantarme, porque tenía que quedarme en casa, la pregunta cambió de un por qué a un para qué. Y Diosito me dijo: ´ahí está tu respuesta´”.
Con la voz entrecortada, agregó: “¿Para qué me puso Dios en esta situación? Te puso aquí para que pasaras más tiempo con tus hijos, para que pasaras más tiempo con tu familia, para que entendieras y tuvieras un tiempo para ti, para que voltearas a ver a tu esposo más tiempo”.
La madre de dos niños, resaltó que siempre ha estado apoyada por su familia, y su esposo siempre ha estado presente de manera incondicional. Además, recibe ayuda por parte de una red de apoyo, por lo que comprende a las personas que pasan por ese trago amargo solas.
Platicó que la enfermedad es costosa y puede costear los servicios, gracias a un seguro de vida que compró antes de recibir su diagnóstico.
DIAGNÓSTICO OPORTUNO
Como una de las activistas que durante más de una década ha luchado para salvar vidas al concientizar sobre la detección oportuna del cáncer de mama, Paloma Román Galvis, encargada de Marketing del Hospital San José, hizo un llamado a las mujeres para que a partir de los 40 años se practiquen la autoexploración mamaria una vez al mes, mientras que las mastografías deben realizarse cada año.
Invitó a sumarse a la Caravana por la Vida, la cual comenzará hoy en el Día Internacional de Lucha Contra el Cáncer de Mama a las 5:00 de la tarde, en la calle Miguel Alemán y 200 para terminar frente a Palacio Municipal.
La radióloga María Alejandra Román Galvis resaltó que entre más rápido detecten el cáncer de mama, mejor respuesta hay en el tratamiento, por lo que no habrá necesidad de que éste se extienda hasta el resto de los órganos.
“La mama se divide en cuatro, casi siempre hay un cuadrante en el que es más común encontrar las lesiones, pero te puede aparecer en cualquier parte, si se pueden presentar complicaciones hasta en el área del pezón”, explicó.
Román Galvis resaltó que las mastografías deben realizarse cada año y en caso de que existan o haya existido casos de cáncer de mama en familiares directos, las mujeres e incluso hombres deben realizarse estudios a los 35 años.
De acuerdo a la especialista, las molestias en las mastografías dependen de la persona; sin embargo, la gran mayoría de las pacientes no presentan dolor alguno durante su revisión e incluso, quienes tienen implantes mamarios no corren el riesgo de que se rompan.
En toda su trayectoria profesional, comentó que sólo ha diagnosticado un caso del cáncer de mama en un hombre hace aproximadamente nueve años.
Román Galvis comentó que algunos hombres suelen realizarse estudios sobre el crecimiento de sus mamas, por lo que es en ese momento cuando se les pide mastografías para descartar un posible cáncer.
LIMITANTES PARA LA DETECCIÓN EN EL ÁREA RURAL
"Traslado, falta de comunicación y horarios, son algunas limitantes para que las mujeres del área rural no acudan a la ciudad a realizarse la prueba de detección de cáncer de mama y cervicouterino", lamentó Pily de Landeros.
La presidenta de la Agrupación George Papanicolaou dijo que por más complicado que parezca, las mujeres deben hacer un esfuerzo y buscar la manera de realizarse los estudios necesarios para descartar el cáncer de mama.