Integrantes de la Tribu Yaqui buscan aprovechar la infraestructura hidroagrícola para producir estos manjares del desierto
La pitahaya y el chiltepín (u oro rojo, como se le conoce en algunas zonas de la entidad) son cultivos silvestres que forman parte de una tradición alimentaria y cultural de Sonora, además de ser considerados un manjar del desierto que ahora buscan producir bajo un modelo de agricultura sustentable.
Integrantes de la Tribu Yaqui de Loma de Bácum, que año con año cosechan pitahaya silvestre, proyectan sembrar chiltepín entre los cactus.
Guadalupe Flores Maldonado indicó que ya producen hortalizas orgánicas que son para el autoconsumo de la comunidad yaqui.
Con esta actividad se busca aprovechar la infraestructura hidroagrícola instalada para la siembra del chiltepín entre las pitahayas, expuso.
El integrante de la etnia explicó que son cultivos silvestres que, tradicionalmente, han sido aprovechados para su autoconsumo y comercialización.
“Aquí se tienen pitahayas rojas y blancas, y cada año hombres y mujeres de la etnia salen al monte a cortarlas”, comentó.
El proyecto contempla llevar el agua al área de las pitahayas cercanas a la siembra de hortalizas y producir el chiltepín para autoconsumo y comercialización.
Las pitahayas se cortan en junio; por eso es común ver en las ciudades a hombres y mujeres ofreciendo este colorido fruto de temporada.