La calabaza pumpkin, es la variedad más comúnmente utilizada para tallar las famosas caras de esta festividad y crece en los campos sonorenses
Por: Marcela Islas
Mientras los mexicanos se preparan para celebrar el Día de Muertos, una tradición arraigada en nuestro país, la influencia de Halloween se hace cada vez más presente en las decoraciones de nuestros hogares. Las calabazas, símbolo icónico de esta festividad de origen estadounidense, han encontrado un nuevo hogar en los campos sonorenses.
Durante los últimos cinco años, agricultores del poblado de Santa Cruz, cerca de Nogales, se han dedicado al cultivo de la calabaza pumpkin, la variedad más comúnmente utilizada para tallar las famosas caras de Halloween.
CALABAZA SE ADAPTA A LA TIERRA SONORENSE
Andrés Pompa Sainz, administrador de Santa Cruz Farms, explicó que, a pesar de ser un cultivo relativamente nuevo en la región, la calabaza pumpkin se ha adaptado muy bien al clima frío y seco de la zona.
“El clima de Santa Cruz es ideal para el cultivo de esta calabaza. Es más frío que en otras partes del estado, lo que favorece su crecimiento”, comentó Pompa Sainz.
Sin embargo, este año la superficie de cultivo se redujo debido a factores comerciales. A pesar de ello, toda la producción se destinó al mercado nacional, a través de una distribuidora que la suministra a diversas cadenas comerciales.
Es importante destacar que Sonora y Chihuahua son los únicos estados de México que cultivan esta variedad de calabaza. Santa Cruz se posiciona como el principal productor en Sonora, demostrando que es posible cultivar productos de temporada que antes se importaban.
La calabaza pumpkin no solo ha generado una nueva fuente de ingresos para los agricultores sonorenses, sino que también ha puesto a Sonora en el mapa de la producción agrícola a nivel nacional.
Esta iniciativa demuestra que la agricultura mexicana es capaz de adaptarse a las nuevas demandas del mercado y ofrecer productos de calidad para satisfacer las necesidades de los consumidores.
