Se negaba a la idea de que su compañero había muerto; la pareja de ancianitos vivía sola, pues sus familiares residen en Baja California
Por: Eduardo Sánchez
Cerrada a la idea de separarse de su compañero de vida, la señora Rosita, de 80 años de edad, tuvo en casa a su esposo Joaquín, de 90, durante varios días después de su fallecimiento.
La triste historia se dio a conocer el miércoles en la colonia Yucatán, en Guaymas; fue minutos después de las 16:00 horas cuando agentes de la Policía y personal de Cruz Roja acudieron hasta una vivienda de la calle 13 y avenida Primera, donde se reportó una persona sin vida.
Al llegar al lugar, los oficiales intentaron entrar al domicilio, pero la señora no se los permitió, ya que no aceptaba la muerte de su esposo, cuyos restos se encontraban ya en estado de descomposición.
Luego de dialogar durante varios minutos, los agentes y los paramédicos convencieron a la venerable dama y entraron al lugar para iniciar con las indagatorias correspondientes.
De acuerdo con las condiciones en las que se encontraba el cadáver, se estableció que Don Joaquín tenía, al menos, 72 horas sin vida, y durante ese tiempo su esposa durmió y convivió con él como si nada pasara.
Personal de la Fiscalía de Justicia de Sonora (FGJE) se hizo cargo de los procedimientos correspondientes, y familiares de la pareja, quienes residen en Baja California, fueron informados sobre lo ocurrido.