Los asistentes a la misa rescataron al menor, que resultó ileso
Por: Eduardo Sánchez
Este 13 de julio de 2021 se cumplen tres años de un tragedia que sacudió a Ciudad Obregón.
“A mi hijo no, por favor”, exclamaba un angustiado padre poco antes de ser abatido con ráfagas de “cuernos de chivo” en el interior de una capilla del fraccionamiento Casa Blanca, donde fue a refugiarse con su hijo en brazos.
Las súplicas de Víctor Alejandro A. B. fueron escuchadas, pues tuvo oportunidad de entregar al menor a la madre del ahora occiso, y luego el sicario, rifle en mano, penetró en la capilla y prácticamente lo destrozó a balazos.
Este ataque armado se registró poco antes de la siete de la tarde de un 13 de julio de 2018, en la calle De la Cima, entre bulevar Casa Blanca y Reyes de León, cuando los sicarios, que abordaban una vagoneta, ubicaron al hoy occiso que tripulaba un sedán AVEO y le dispararon en reiteradas ocasiones.
Sin embargo, el hombre, en un intento por salvar su vida, bajó del auto con su hijo en brazos y se introdujo a la capilla, donde en esos momentos se celebraba una misa, lo que no fue obstáculo para que uno de los delincuentes, rifle en mano, llegara hasta donde se ocultaba para abatirlo a tiros ante la presencia de cerca de 35 personas que en esos momentos estaban sentadas en el interior acompañando al padre en la misa.
El niño que llevaba en brazos fue rescatado por la progenitora del occiso, quienes daban gracias a Dios por haberlos protegido y salvado.
Cometida su misión, el sicario abandonó el lugar tranquilamente ante el desconcierto de los ahí presentes.
ANTECEDENTES
El 6 de mayo del 2016, Víctor Alejandro había sido agredido a balazos por varios sujetos en calles California y Guerrero, cuando iba en el cortejo fúnebre acompañando a su pareja sentimental, quien días antes había sido asesinada a balazos.
En esa ocasión, sólo fue herido, al igual que José Luis B. S., de 20 años de edad. En ese entonces el hoy occiso también tripulaba un vehículo tipo sedán AVEO.
El lugar se dieron cita autoridades policiacas, de los tres niveles de Gobierno, y únicamente acordonaron el área y levantaron los casquillos.