Don Nacho afirma que no tiene dinero, pero es muy feliz, por lo que, al recibir la dosis, de puro gusto bailó el “Mambo número 8” y un swing
Por: Eduardo Sánchez
Ignacio García Dávila, un hombre de la tercera edad, demostró que los años son sólo un número, pues a sus 67 años, es una persona muy feliz y agradecida con la vida y después de recibir la vacuna contra el Covid-19, en Huixquilucan, bailó un mambo y un swing, de puro gusto.
“Don Nacho” afirma que la vacuna no le dolió, que las cosas que más le duelen son las injusticias de la vida y, que aunque no tiene dinero, es muy feliz.
Bajo los rayos del sol, con música de marimba, don Nacho bailó sin perder el ritmo.
“Desde que me iba a vacunar antes, ya quería bailar, ya tenía ganas de bailar”, afirmó.
El anciano comentó que trabaja desde los 5 años, en su barrio de la calle Bucareli, donde creció. En ese sitio se ubican importantes periódicos de México, por lo que trabajó de voceador.
El abuelito afirma que al trabajar vendiendo periódicos, creció leyendo la historia de México y hasta le tocó ser correteado por venderlos, lo que era un atentado contra la libertad de expresión.
En la década de los 60 perteneció a la Unión Nacional de Expendedores y Voceadores de los Periódicos de México y recuerda con añoranza sus años como voceador, actividad que dejó hace dos años.
“Ahora me dicen Pepe, porque pepeno cartón, botellas y aluminio”, finalizó don Nacho.