¿Por qué se dice que la sal yodada está prohibida en México? Esta es la verdad detrás de este mito

Esta confusión que por años ha permanecido en la población mexicana surge de una mala interpretación de información técnica y regulaciones sanitarias

Foto: Canva
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Desde hace varios años circula en redes sociales y medios informales la creencia de que el uso de la sal yodada está prohibido en México, afirmando que utilizarla puede ser dañino o que su venta está restringida en ciertas regiones del país.

Este mito ha ganado fuerza entre quienes desconfían de los aditivos alimentarios, lo relacionan con teorías de conspiración o simplemente malinterpretan regulaciones sanitarias. Sin embargo, la realidad es muy distinta.

En México, la sal yodada no solo está permitida, sino que es una medida esencial de salud pública. La realidad es que no existe ninguna entidad federativa donde su venta o distribución esté limitada.

Por el contrario, la sal yodada fluorurada es una medida de salud pública promovida por el gobierno federal para prevenir enfermedades relacionadas con deficiencias de yodo y flúor, dos micronutrientes esenciales.

¿POR QUÉ SE ENRIQUECE LA SAL CON YODO Y FLÚOR?

Porque estas dos sustancias ayudan a prevenir problemas serios de salud pública. El yodo es necesario para el funcionamiento adecuado de la glándula tiroides. Su deficiencia puede causar bocio (agrandamiento de la tiroides) y, en mujeres embarazadas, puede derivar en cretinismo, una condición que causa retraso mental y físico en los bebés.

Por su parte, el flúor fortalece el esmalte dental y reduce la aparición de caries, especialmente en la infancia. Desde hace décadas, México implementó un programa nacional para asegurar que la sal para consumo humano esté fortificada con yodo y flúor.

Esta política ha sido clave para reducir significativamente la incidencia de estas enfermedades en la población. Además, la COFEPRIS y otras autoridades sanitarias supervisan que las empresas productoras y comercializadoras de sal cumplan con los estándares establecidos.

Esto garantiza que los niveles de yodo y flúor sean los adecuados y seguros para el consumo diario. En resumen, la sal yodada fluorurada no sólo no está prohibida, sino que se considera una herramienta de salud preventiva.

El mito de su prohibición surge de una mala interpretación de información técnica, y es importante desmentirlo para que la población no renuncie a un producto que protege su salud de manera comprobada.

Lo que sí hay es una vigilancia estricta para asegurar que toda la sal destinada al consumo humano cumpla con las normas oficiales en cuanto a contenido de yodo y flúor. No representa un riesgo, sino una herramienta comprobada para cuidar la salud pública.