La conciencia sobre sus efectos ha hecho que grupos ambientalistas y protectores de animales se movilicen y logren su prohibición en varios lugares
Por: Celeste Rivera
Por su uso recreativo, la pirotecnia es una tradición en el mundo y en México no es la excepción, pues existen incluso pueblos enteros que se dedican a su fabricación y comercialización.
Sin embargo, cada vez cobra más interés el poner sobre la mesa los daños que causan este tipo de productos, a los animales tanto domesticados como silvestres.
La conciencia sobre los efectos de su uso ha permitido que cada vez, las voces de grupos ambientalistas y protectores de animales se eleven, al grado que han conseguido que en ciertos municipios o estados de la República Mexicana estén prohibidos.
Y es que si bien, la pirotecnia, además de representar un riesgo por la posibilidad de pérdida de extremidades o daños en ojos, quemaduras, entre otros, en el ser humano que los manipula, y que en no pocas ocasiones se trata de niños, en los animales es un verdadero martirio.
Los humos que generan los fuegos artificiales o materiales explosivos que pueden producir chispas, liberan partículas (un polvo muy fino), que además de tóxicas son dañiñas al respirarse por personas y animales que ya presentan ciertas enfermedades o que les puede acarrear otro tipo de males.
Un petardo normal contiene 0.5 gramos de pólvora; un cohete, entre 0.5 y 15 gramos.
POR QUÉ AFECTA TANTO A LOS ANIMALES
Dado que en el caso de los perros y otros animales, la capacidad auditiva es tres veces mayor a la de los humanos, la principal afectación se da en sus oídos que son mucho más sensibles, por lo que además de perturbarlo, puede causarle daños severos.
Eso sin contar que el ruido excesivo de cohetes y fuegos artificiales les generan miedo que los expone a un mayor estrés y que propicia ciertas conductas que no son comunes en ellos, como escapar del hogar, lastimarse o incluso dañar sin querer a personas.
De acuerdo al portal Ética Animal, los fuegos artificiales pueden emitir sonidos de hasta 190 decibeles, es decir, de 110 a 115 decibeles por encima del rango de 75 a 80, que es donde inicia el daño al oído humano.
Incluso, se habla de que en establos cercanos a lugares donde se usa la pirotecnia, como estadios, las vacas dejan de dar leche ante el estrés causado por el ruido.
Uno de los productos de pirotecnia más usados son los petardos, que pueden generar un ruido de 140 decibelios, es decir, más alto que los disparos y muy por encima de lo que el oído humano está apto para escuchar sin alguna reacción.
AUMENTA EXTRAVÍO DE MASCOTAS
El nivel de estrés al que son sometidos los animales (perros, gatos, caballos, entre otros) con el ruido de la pirotecnia, petardos o cohetes provoca incluso, que puedan presentar taquicardia, temblores, pérdida de control, entre otros, que los puede llevar a sufrir un paro cardiaco o infarto.
Grupos protectores de animales como Milagro Canino en Navojoa, Sonora, refirieron que en diciembre del año pasado, tuvieron el reporte de aproximadamente 10 perros y gatos extraviados diariamente a consecuencia de la pirotecnia, de ahí que han solicitado a las autoridades tanto municipales como eclesiásticas que eviten esta práctica que se ha vuelto una tradición en los festejos importantes pero que causa severos daños a los animales.
ALTERNATIVAS
Afortunadamente existen alternativas al uso de pirotecnia para expresar la algarabía y felicidad de una fecha importante como es la Navidad, el Año Nuevo, las fechas patrias, los eventos eclesiásticos o deportivos.
De algunos años a la fecha, ha crecido el uso de otras estrategias recreativas para festejar como son los espectáculos de luces, que además de bellos permiten disfrutar una y otra vez del juego de imágenes de las más variadas temáticas, mismas que se proyectan sobre superficies arquitectónicas.
Por lo que si se trata de celebrar y compartir la felicidad de un evento especial o época, qué mejor que hacerlo sin dañar a otros seres vivos, concientes que la evolución trae consigo nuevas formas de hacer las cosas y que lo que hagamos, siempre tiene un impacto en alguien más, sea humano o no.
¡A celebrar!