A pocos días de la gran celebración hacia la "Virgen Morena", los devotos aguardan con fe para esta festividad nacional
Por: Luis Valenzuela
Con la anticipación palpable en el aire y la espiritualidad a flor de piel, México se prepara los festejos en honor a la Virgen de Guadalupe, un evento que trasciende lo religioso para convertirse en una manifestación cultural única.
A medida que se acerca el 11 de diciembre, fecha central de las celebraciones, fieles de todo el país y visitantes extranjeros comienzan a converger hacia la Basílica de Guadalupe, epicentro de la devoción guadalupana.
Como ya es una costumbre, las calles aledañas se llenan de vendedores ambulantes ofreciendo imágenes, veladoras y objetos religiosos, mientras que los peregrinos avanzan con paso firme y corazones rebosantes de fe.
Las jornadas previas al día de la virgen se caracterizan por el bullicio en las tiendas que venden artículos típicos, desde trajes tradicionales hasta alimentos representativos de la temporada. Las familias se reúnen para confeccionar altares domésticos adornados con flores y velas, creando un ambiente festivo que se extiende por barrios y colonias.
En muchas localidades, las iglesias y capillas organizan novenarios y procesiones que culminarán el 12 de diciembre, día de la celebración principal. Danzas folklóricas y cánticos resuenan en las plazas públicas, creando una sinfonía de devoción que anticipa la llegada de la Virgen de Guadalupe.
La Basílica de Guadalupe, custodiada por la imponente imagen de la "Virgen Morena", se prepara para recibir a miles de fieles que aguardarán con fervor la medianoche del 11 de diciembre. La tradicional serenata, acompañada por mariachis y coros, dando inicio a una jornada llena de celebraciones litúrgicas y actos culturales.
En este ambiente cargado de espiritualidad, la comunidad mexicana se une para rendir homenaje a la patrona del país, recordando la aparición de la Virgen en el Tepeyac hace más de cinco siglos. La víspera de los festejos de la Virgen de Guadalupe no solo representa un momento religioso, sino también una expresión de identidad y unidad nacional.
A medida que la expectación crece y la celebración se aproxima, México se sumerge en la magia de una tradición que trasciende lo terrenal, recordando a la
Virgen de Guadalupecomo un símbolo de esperanza y guía espiritual para millones de corazones mexicanos.
