Aunque ambos productos puedan parecer similares, presentan cualidades distintas debido a sus procesos de elaboración únicos
Por: Andrés Manuel Contreras Alaniz
En el corazón de cada cocina, la mantequilla ocupa un lugar especial, siendo un componente fundamental que aporta sabor y textura a una amplia variedad de platillos.
Profeco, la institución encargada de evaluar los productos en el mercado, ha elaborado una lista de las mejores y peores mantequillas, generando preguntas sobre la diferencia entre este producto y la margarina.
¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE MANTEQUILLA Y MARGARINA?
Aunque ambos productos puedan parecer similares, presentan cualidades distintas debido a sus procesos de elaboración únicos.
La margarina, cuyos orígenes se sitúan en la segunda mitad del siglo XX, surge como una alternativa a la mantequilla convocada por Napoleón III en 1869, ante problemas fiscales y sobrepoblación en Francia.
A continuación, te presentamos las principales diferencias entre ambos.
MANTEQUILLA:
- Contiene grasa animal
- Posee grasas saturadas
- Elaborada con leche animal
- Rica en vitaminas A y D
- Sabor natural con olor suave
- Mayor aporte de sabor a los platillos
- Se quema con mayor facilidad
- De origen animal
- Tiempo de descomposición más rápido
MARGARINA:
- Contiene más grasa
- Elaborada con grasa vegetal
- Mayor cantidad de calorías
- Precio más accesible
- Aporta más colesterol
- Uso de sustitutos en su elaboración
- Mayor cantidad de conservadores
- Mayor tiempo de duración comestible
- De origen vegetal
CONCLUSIONES
Este análisis detallado proporciona una panorámica de aspectos positivos y negativos entre ambos productos, generando como conclusión de que la margarina se postula como un sustituto de la mantequilla.
Este intento de igualar el sabor de la mantequilla original a menudo implica el uso de elementos artificiales. Además, la distinción entre su origen animal y vegetal agrega un matiz adicional a la elección entre ambos productos.
En última instancia, la elección entre mantequilla y margarina se convierte en una decisión personal, influida por preferencias gastronómicas y económicas así como consideraciones de salud y valores nutricionales.