Cuando estaba embarazada sus riñones dejaron de funcionar y desde ese día enfrentó duras pruebas; sin embargo, para ella rendirse no es una opción
Por: Ofelia Fierros
María José es una joven de Monterrey, Nuevo León, quien hasta hace poco vivía una vida perfecta al lado de su esposo, con quien compartía la ilusión de ser padres.
“Majo”, como la llaman de cariño, tiene 35 años, y mediante una publicación en Facebook compartió su historia, ya que necesita ayuda urgentemente.
“Hola, mi nombre es María José, pero de cariño me llaman ‘Majo’, tengo 35 años, soy de Monterrey, Nuevo León, y te quiero platicar mi historia”, inicia su relato.
“Hay ocasiones en las que no sabemos por qué pasan las cosas. Mi vida cambió de un día para otro, ya que lo tenía todo, un esposo con quien compartir un hogar, salud y la ilusión de tener un hijo, por lo que con mucho amor planeamos a nuestro bebé y todo salió de maravilla. Mi vida no podía ser más perfecta. Tenía lo que siempre soñé, ya que yo crecí sin mi mamá y fue muy difícil”.
María José compartió que deseaba con ansias un hijo, amarlo, protegerlo, y darle todo lo que ella deseó cuando era niña.
“Cuando me dijeron; ‘Majo, estás embarazada’, me dije que lo había logrado. Mi felicidad era muy grande. Así pasó el tiempo y yo cuidaba mi embarazo, todo era perfecto, me dijeron que era un varón, a quien llamamos Emiliano”.
Majo relata que su vida de ensueño cambió cuando tenía 16 semanas de gestación, y tras unos estudios de rutina el médico le dio una noticia que la devastó: “Hay un problema, padeces de insuficiencia renal y tienes que entrar a un procedimiento llamado hemodiálisis temprana; te pondremos un catéter en el cuello para poder limpiar la sangre de las toxinas de tu cuerpo, porque tus riñones ya no funcionan y así poder salvar tu vida y la de tu bebé”.
“En ese momento las luces se apagaron, mis sueños se derrumbaron, mi corazón no dejaba de latir; sentía un gran vacío en mi cuerpo, sentí que mi vida se me iba y tenía un miedo inmenso de morir”.
La joven reveló que, aunque ella se sentía bien de salud, sus riñones simplemente dejaron de funcionar y tenía muy pocas posibilidades de sobrevivir, por lo que empezó con las hemodiálisis durante su embarazo, seis días por semana durante cuatro horas.
Así pasaban sus días, conectada a una máquina que hacía la función de sus riñones, siempre con su esposo a su lado, apoyándola y dándole fuerzas para seguir luchando por su vida y la de su bebé.
“Mi vida cambió radicalmente, dejé de trabajar, dejé de hacer una vida normal a vivir en el hospital para no morir, siempre tomada de la mano de Dios. Mi actitud nunca la perdí, siempre tuve la esperanza de que pasaría un milagro siguiendo las indicaciones de los doctores, con buena alimentación y dándole todos los ánimos a mi hijo de que estaríamos bien”.
Llegó el día del nacimiento de Emiliano, tras muchas complicaciones que casi le cuestan la vida. El bebé estuvo 33 días en terapia intensiva, mientras Majo logró superar la cesárea y salir con vida de la operación para seguir luchando y enfrentar los momentos que se venían.
“Ahora tenía que enfrentar la situación de que mis riñones ya no regresarían a su función, entonces se vinieron otros retos, regresé a hemodiálisis, pero ahora tres veces por semana, cuatro horas diarias. Mi cuerpo se deterioraba cada día, y así fue durante tres años después del nacimiento de mi hijo Emiliano; no tenía fuerza, pero necesitaba luchar por mi hijo y por mi esposo”.
Majo necesitaba con urgencia un trasplante de riñón, de eso dependía su vida…y lo logró. Tenía al donador perfecto y la operación se llevó a cabo con éxito.
Sin embargo, cuando todo parecía perfecto, se presentaron nuevos retos; Majo debe tomar varios medicamentos inmunosupresores de por vida (para que su sistema inmune no rechace el órgano trasplantado), los cuales son muy costosos, así como pruebas de laboratorio y consultas médicas constantes.
Además, necesita un tratamiento para detener su ciclo menstrual de manera definitiva, ya que su hemoglobina baja y está forzando al riñón trasplantado.
“¡Solo pido una segunda oportunidad para lograr estar muchos años con mi hijo y mi esposo!”.
Mediante sus redes sociales, Majo solicita el apoyo de los usuarios, para que su publicación trascienda y llegue a más personas y más corazones, ya que necesita reunir dinero para sus tratamientos.
“Es de mucha ayuda compartir en redes sociales, amigos y familiares para que mi historia llegue a más corazones. Estoy haciendo una rifa para poder cubrir lo antes mencionado. Espero contar con tu apoyo, el boleto solo cuesta 200 pesos”.
MI NÚMERO DE TARJETA Y BANCO SON LOS SIGUIENTES:
BANORTE
4915 6634 9872 7594
Javier Orlando Pérez Gutiérrez
COPPEL
4169 1608 5082 2686
María José González Ruelas.