El día ayer, el ministro da un giro inesperado asegurando que la reforma del oficialismo pueda quitar a todos los jueces del país mediante votación
La discusión en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) sobre la reforma judicial vivió un tenso enfrentamiento entre los ministros, con un giro inesperado que dejó claro que las intenciones del gobierno de modificar la elección de jueces y magistrados no pudieron ser invalidadas, al menos en esta ocasión.
El día de ayer 5 de noviembre, la mañana comenzó con la llegada de los ministros a la sesión privada del Pleno, donde la expectativa era alta. Ministros como Juan Luis González Alcántara Carrancá y Javier Laynez Potisek fueron recibidos entre aplausos por sus colaboradores. A las 10:00 horas, la sesión pública dio inicio con la presentación de un proyecto de resolución que enfrentaría una dura oposición dentro de la Corte.
El debate estuvo marcado por la resistencia de varios ministros, especialmente Lenia Batres, Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz, quienes plantearon dudas sobre la validez de la discusión, argumentando que la reciente reforma constitucional que prohíbe impugnar modificaciones a la Carta Magna debería de ser considerada. Batres propuso aplazar el asunto, pero la mayoría de los ministros decidió seguir adelante, con ocho votos a favor y cuatro en contra.
EL GIRO DE ALBERTO PÉREZ DAYÁN
El momento importante del debate ocurrió cuando el Ministro Alberto Pérez Dayán, en una intervención que sorprendió a muchos, planteó que la impugnación contra la reforma judicial no debería proceder.
En términos claros y tajantes, señaló que, de seguir la propuesta presentada, la SCJN estaría respondiendo a una "insensatez" que solo contribuiría a "forzar" el ejercicio de una facultad que no le correspondía. Este giro provocó especulaciones dentro de la Corte, pues muchos consideraban que Pérez Dayán podría ser un posible "aliado" del oficialismo, apodado por algunos como el "Yunes" de la Corte, haciendo alusión a una figura política que, en su momento, fue vista como un baluarte del gobierno.
En su intervención, el Ministro Pérez Dayán subrayó la importancia de priorizar la defensa de los derechos humanos y la estabilidad del marco constitucional. Para él, la propuesta de invalidar la reforma judicial no era más que una respuesta inapropiada y que la Corte no debía inmiscuirse en una cuestión que implicaba un cambio fundamental en la estructura judicial del país.
VOTACIÓN DE SEIS
La Ministra Presidenta, Norma Piña, pidió a los ministros definir si votarían con base en la Constitución vigente, que establece una votación calificada de seis votos para invalidar una reforma, o seguirían la tradición de los ocho votos. Esta última opción habría impedido continuar con el estudio de las impugnaciones.
Tras un receso de una hora, los ministros regresaron al Pleno para finalmente zanjar la cuestión. La mayoría de seis votos decidió que la votación calificada para invalidar la reforma era de ocho, lo que selló el destino de la reforma judicial en esta instancia. Las impugnaciones fueron desechadas y el proyecto de González Alcántara Carrancá quedó suspendido. La decisión de la Corte, que se extenderá hasta agosto del próximo año, revela la polarización interna que persiste en el seno del máximo tribunal.
Las especulaciones sobre la división interna de la SCJN se intensificaron. La reforma judicial sigue en pie, pero la batalla entre los ministros, algunos de los cuales permanecerán en el Pleno hasta el próximo año, ha sido declarada. Los conflictos dentro de la Corte parecen lejos de resolverse, y la elección judicial, tan polémica como fundamental para el futuro del sistema judicial mexicano, continuará siendo un tema candente.