La receta de frijoles puercos es sencilla y accesible, permitiendo que cualquier persona pueda prepararla en su hogar
Por: Andrés Manuel Contreras Alaniz
Los frijoles puercos son un platillo emblemático de la gastronomía mexicana, cuyo origen se remonta a la época en que los campesinos cocinaban con los ingredientes más comunes y accesibles de su entorno.
Esta delicia, nacida de la combinación de frijoles y cerdo, se ha mantenido en la mesa de los mexicanos a lo largo de generaciones, consolidándose como un símbolo culinario, especialmente en el estado de Sinaloa.
ADAPTACIONES REGIONALES
Aunque los frijoles puercos tienen su origen en Sinaloa, su popularidad ha trascendido a otros estados del norte de México, como Sonora, Chihuahua, Durango, Coahuila y Nuevo León, donde se preparan con variantes que incorporan ingredientes locales.
Incluso en estados del centro y occidente del país, como Michoacán, Jalisco y Guanajuato, se han adoptado versiones de este platillo, mostrando la versatilidad y el arraigo de los frijoles puercos en la gastronomía nacional.
INGREDIENTES Y PREPARACIÓN
La receta de frijoles puercos es sencilla y accesible, permitiendo que cualquiera pueda prepararla en casa. El platillo se elabora con frijoles bayos refritos en manteca de cerdo, acompañados de chorizo, longaniza y tocino, lo que le da su característico sabor y textura. Estos ingredientes, provenientes del cerdo, son los que le otorgan el curioso nombre de "frijoles puercos".
Para su preparación, se comienza cociendo los frijoles de manera tradicional. Una vez cocidos, se licúan hasta formar una pasta espesa y suave. En una sartén, se derrite manteca de cerdo y se cocina el chorizo hasta que esté dorado. Luego se agregan los frijoles molidos y se mezclan hasta que comiencen a hervir, momento en el cual se incorporan queso rallado y chiles jalapeños picados.
Finalmente, se reduce el fuego y se cocina por aproximadamente 10 minutos, revolviendo constantemente para evitar que se peguen.
UN PLATILLO VERSÁTIL
Los frijoles puercos se pueden servir de diversas maneras: como acompañamiento en comidas, como botana con totopos crujientes o tostadas, o incluso como plato principal en una taquiza o en las tradicionales carnes asadas de fin de semana.
Su sabor auténtico y su capacidad para adaptarse a diferentes contextos culinarios los han convertido en una de las preparaciones más queridas y representativas de la cocina mexicana.
