A través de una investigación por expertos se dio a conocer lo que las personas tienen que hacer para superar obstáculos y cumplir sus metas
Por: Luis Flores
Algunas personas creen que el éxito radica en las relaciones personales, mientras que otros lo buscan en el amor, el ámbito laboral, la acumulación de bienes materiales o la consecución de la riqueza. Sin embargo, en todas estas perspectivas existen sendas que pueden ser relativamente fáciles de transitar, así como otras que se presentan como auténticos desafíos en el camino hacia la realización de nuestros objetivos.
A través de un estudio realizado por la Universidad de Harvard se han destacado tres actitudes contraproducentes que pueden obstaculizar nuestro camino hacia el éxito, y a continuación, se proporcionaran ejemplos para ilustrar cada una de ellas.
RENDIRSE ANTES DE INTENTARLO
Esta actitud se refiere a la tendencia de muchas personas a retirarse antes de siquiera intentar enfrentar desafíos importantes. Por ejemplo, alguien podría tener miedo de solicitar un ascenso en su trabajo porque teme el rechazo.
Lo ideal es no rendirse ante el nerviosismo inicial, enfrentar los desafíos con determinación y dar lo mejor de uno mismo. Podría descubrir que el éxito estaba más cerca de lo que pensaba, como cuando finalmente obtiene el ascenso que deseaba.
FALTA DE PACIENCIA
La segunda actitud negativa se relaciona con reacciones impulsivas y emocionales ante las dificultades. Un ejemplo de esto podría ser tomar decisiones precipitadas sin analizar adecuadamente la situación. En lugar de actuar impulsivamente, es importante mantener la calma, evaluar cuidadosamente las circunstancias y luego tomar decisiones más informadas.
MANTENERSE EN RELACIONES TÓXICAS
Esta actitud perjudicial implica permanecer en situaciones o relaciones que son perjudiciales o tóxicas. Por ejemplo, alguien podría quedarse en un empleo donde es constantemente maltratado por su jefe, a pesar de que esto afecta negativamente su salud y bienestar.
Es fundamental comprender que el éxito es un concepto subjetivo y personal. Lo que puede considerarse como éxito para una persona puede diferir significativamente de lo que representa el éxito para otra.
Por ejemplo, para alguien, el éxito podría significar tener una familia feliz y saludable, mientras que para otra persona, podría ser la consecución de un alto estatus profesional y financiero. Reconocer esta diversidad de perspectivas nos permite apreciar la singularidad de nuestros propios objetivos y no compararnos constantemente con los demás, lo que a menudo puede generar insatisfacción y desánimo.
