Esta tradición tan arraigada en la cultura mexicana se conmemora el día 2 de febrero y va más allá de la liturgia religiosa
Por: Luis Valenzuela
A medida que febrero se acerca, se despiertan en México las vibraciones festivas para conmemorar el Día de la Candelaria, una fecha arraigada en la tradición y la religiosidad que se celebra el segundo día del mes.
Este evento, de gran relevancia en el calendario cultural mexicano, encuentra sus raíces en las enseñanzas de la Iglesia Católica y se entrelaza con la rica narrativa de la Navidad.
La Arquidiócesis Primada de México, representante de la Iglesia Católica en el país, explica que la celebración tiene su origen en la presentación de Jesús en el Templo de Jerusalén. Este acto, según la tradición, debía tener lugar 40 días después del nacimiento del niño, contados desde el 25 de diciembre; es así como el 2 de febrero marca la culminación de ese período, cumpliendo con los preceptos de la ley judía.
LA CANDELARIA VA MÁS ALLÁ DE LA LITURGIA RELIGIOSA
En el tejido cultural de México, las costumbres durante este día incluyen llevar al Niño Dios a recibir bendiciones en el templo, seguido de momentos de convivencia familiar; por lo que es común que las familias se reúnan en torno a la mesa para compartir los tradicionales tamales, acompañados de café o atole, creando así un ambiente de comunión y gratitud.
Esta festividad también se entrelaza con la tradición de la Rosca de Reyes, un pan dulce característico de la temporada navideña, que en su interior se oculta el "Niño Dios", y aquellos que tienen la fortuna de encontrarlo en su porción deben cumplir con la tradición de proveer los tamales, los cuales, de acuerdo con la simbología, deben elaborarse con maíz, considerado el alimento divino.
El círculo festivo de la Candelaria inicia desde el mismo momento en que se celebra la Navidad, siendo un componente integral de la temporada, de este modo, la travesía que se inicia el 25 de diciembre culmina de manera simbólica y espiritual el segundo día de febrero, consolidando la importancia de la fe, la familia y las tradiciones en el corazón de la cultura mexicana.
La celebración de la Candelaria se presenta así como un lazo que conecta el pasado con el presente, transmitiendo valores y convicciones a través de generaciones.
