Si en dado caso llegas a comprar carne en el supermercado, asegúrate de que esté sellada al vacío o bien envuelta en bolsas resistentes al congelador
Por: Luis Flores
El tiempo del almacenamiento de la carne de res, cerdo y pollo congelados siempre dependerá de varios factores; como por ejemplo la temperatura del congelador, la calidad de la carne y la forma en que esté empaquetada.
Para poder mantener la seguridad y la calidad de la carne, se recomienda una temperatura del congelador de -18 grados Celsius (-0.4 grados Fahrenheit) o más fría para garantizar un almacenamiento seguro a largo plazo.
TEMPERATURA IDEAL
Esta instancia cuenta con una "Tabla de conservación de alimentos fríos", en la que indica que la hamburguesas, carne molida y carne aves de corral molida, debe permanecer en el refrigerador (40 °F o 4 °C o menos) de uno a dos días, o bien, de tres a cuatro meses en el congelador a 0 °F (-18 °C) o menos.
Sin embargo la carne fresca de res, ternera, cordero y cerdo, apunta a que puede permanecer de tres a cinco días en el refrigerador (40 °F o 4 °C o menos) y de cuatro a 12 meses en el congelador a 0 °F (-18 °C) o menos y con esto se refiere en específico a filetes, chuletas y carne asada.
Por su parte la carne de pollo pavo, entero y en trozos puede durar de uno a dos días en el refrigerador (40 °F o 4 °C o menos) y hasta un año en el congelador a 0 °F (-18 °C) o menos, pero difiere cuando está cortado, ya que puede conservarse hasta nueve meses en el congelador a 0 °F (-18 °C) o menos.
RECOMENDACIONES
Para poder prolongar la vida útil de la carne congelada, es esencial que esté correctamente empaquetada. Así que utiliza envases herméticos para evitar la formación de cristales de hielo y la exposición al aire, lo cual, puede causar la pérdida de calidad y sabor.
Si en dado caso llegas a comprar carne en el supermercado, asegúrate de que esté sellada al vacío o bien envuelta en bolsas resistentes al congelador. Cuando desees descongelarla, es más seguro hacerlo en el refrigerador a temperaturas seguras, evitando la descongelación a temperatura ambiente.
Esto evita el crecimiento de bacterias y llevarte a una intoxicación alimentaria. Así que, planifica con anticipación y descongela la carne en el refrigerador durante varias horas, e incluso días, según el tamaño y el tipo de carne que vayas a utilizar.
