La creciente preocupación por la inseguridad en diversas zonas del país ha llevado a muchas personas a considerar el blindaje de sus vehículos como una medida de protección indispensable. Lejos de ser una solución exclusiva para figuras públicas o empresarios, el blindaje automotriz ha comenzado a atraer a sectores de clase media que buscan sentirse más seguros al transitar por las calles mexicanas.
INSEGURIDAD AL VOLANTE: UNA REALIDAD COTIDIANA
Según datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) de marzo de 2025, más del 60 por ciento de los mayores de edad en zonas urbanas consideran que vivir en su ciudad es inseguro. Además, cerca del 30 por ciento de los hogares fueron víctimas de delitos como robo, extorsión o fraude. Estas cifras explican por qué muchos ciudadanos han comenzado a invertir en protección personal, especialmente al momento de desplazarse.
En estados como Veracruz, Tamaulipas y Tabasco, la demanda por blindajes de alto nivel ha crecido notablemente, mientras que en ciudades como Ciudad de México y Monterrey, la preocupación se enfoca más en protegerse de asaltos en el tráfico diario.
¿CUÁNTO CUESTA BLINDAR UN VEHÍCULO EN MÉXICO?
Edgar Beltrán, delegado de la comisión de blindaje automotriz del Consejo Nacional de la Industria Balística (CNB), indica que los precios varían según el nivel de protección:
- Nivel 3 (antiasalto urbano): desde 36 mil dólares
- Nivel 4 (antisecuestro): entre 53 mil y 60 mil dólares
- Nivel 5 (antiatentado): entre 70 mil y 83 mil dólares
Estos niveles están diseñados para resistir desde armas cortas hasta rifles de asalto y fusiles de alto poder, como el FAL.
El proceso de blindaje suele tardar aproximadamente 30 días, y de acuerdo con Beltrán, puede reducir la percepción de riesgo hasta en un 50%. "Hay un incremento notable en personas que nunca habían considerado tener un coche blindado, pero hoy sienten la necesidad por experiencias cercanas o propias", comenta.

LA CLASE MEDIA TAMBIÉN SE PROTEGE
La violencia ya no distingue entre clases sociales. Profesionistas como médicos o empresarios que deben movilizarse en horarios nocturnos han optado por blindar tanto sus vehículos como sus viviendas. "Uno ya no solo piensa en lo material, sino en proteger lo más valioso: la familia", señala René Rivera, presidente de la comisión de blindaje arquitectónico del CNB.
El blindaje residencial también ha aumentado. Según datos del CNB, el 60 por ciento de estos sistemas se instalan en casas habitación, 20 por ciento en edificios corporativos, 15 por ciento en instalaciones estratégicas y el 5 por ciento restante en joyerías o tiendas departamentales.
¿VALE LA PENA INVERTIR EN BLINDAJE?
Quienes ya han experimentado el uso de un auto o vivienda blindada coinciden en que ofrece una sensación de seguridad difícil de reemplazar. "Una vez que entras en un carro blindado, no quieres bajarte. Te da una tranquilidad que no tiene precio", afirma Rivera.
El blindaje es una inversión significativa, pero para muchos se ha convertido en una necesidad más que un lujo, especialmente cuando la seguridad pública aún enfrenta grandes retos.