Esta emocionante tradición es el momento más esperado por chicos y grandes para saber qué trajo el bonachón de rojo
Por: Edel Osuna
La llegada de la Nochebuena trae consigo gran la expectación entre miles de personas que esperan ansiosas la cena festiva; en este escenario, el árbol de Navidad desempeña un papel crucial, pues alberga bajo sus ramas los regalos que serán abiertos durante la festividad.
Entre los más emocionados por los regalos están los más pequeños del hogar, quienes aguardan con la esperanza de que Santa Claus les haya traído los deseos que anhelaban; sin embargo, surge la duda de cuándo y a qué hora se deben abrir los regalos.
En diversos países de América Latina la creencia arraigada es que es el Hijo de Dios es quien entrega los regalos a los hogares; por ello la mayoría de las familias opta por colocarlos debajo del árbol navideño o al lado del nacimiento, según sea su costumbre en la noche del 24 de diciembre.
En cuanto el reloj marca la medianoche, las familias inician con la apertura de sus obsequios, marcando así una celebración especial del nacimiento de Jesús.
UNA TRADICIÓN QUE NO SE PIERDE, PERO VARÍA
Aunque esta tradición es prevalente en muchas culturas, hay variaciones en la forma en que se lleva a cabo, pues en algunos casos los regalos se abren hasta la mañana siguiente, pasadas las 7:00 horas del 25 de diciembre.
Esta costumbre es común en familias con niños, ya que muchos pequeños despiertan emocionados al pensar que Santa ha dejado un presente especial bajo su árbol durante la noche.
DAR REGALOS, SU ORIGEN EN LA HISTORIA
La práctica de dar regalos en Navidad tiene diversas raíces históricas. Una de las versiones más conocidas se vincula a la figura de Santa Claus, un personaje originado en Europa y popularizado en Estados Unidos.
Santa, conocido por viajar en un trineo tirado por renos, uno de ellos, Rodolfo, con la nariz roja, entra a las casas por las chimeneas o ventanas para dejar sus obsequios para los niños que se han portado bien durante el año; a quienes no lo hicieron les deja un pedazo de carbón.
Otra versión sugiere que la tradición de dar regalos tiene sus raíces en el Imperio Romano, donde se creía que se distribuían presentes como tributo al dios de la agricultura, Saturno.
Sin embargo, la versión más difundida proviene del cristianismo, pues según la Biblia, después de que María diera a luz a Jesús en Belén, los tres Reyes Magos, Melchor, Baltazar y Gaspar, visitaron el pesebre llevando incienso, mirra y oro como regalos en honor a su nacimiento.
