Desde hace algunos años los docentes han buscado formas innovadoras y creativas para motivar a sus estudiantes a aprender
Por: César Omar Leyva
La pandemia por COVID 19 marcó un antes y un después en muchas actividades y las clases no se quedaron al margen, pues la situación obligó a los docentes a buscar formas innovadoras de enseñar y evaluar asegurando el aprovechamiento de los aprendizajes.
En redes sociales, durante los últimos años se han viralizado las historias de maestros, que, en buscar de ayudar y motivar a sus alumnos idean formas y métodos poco convencionales para dar las clases o aplicar exámenes.
Recientemente se ha hecho viral la idea de un profesor de matemáticas de un colegio de Gran Canaria quien, en busca de disminuir la ansiedad que pueden sentir sus estudiantes al realizar un examen optó por separar la prueba en partes pequeñas y así se los fue dando, de manera que los alumnos no sintieron el ejercicio como una prueba convencional.
Conocido en redes como @Galle2992 el maestro explicó lo siguiente “ellos piensan que la prueba es mañana y que van a realizar ejercicios de repaso. Se los daré de uno en uno y no se darán cuenta de que en realidad ya están haciendo el examen”.
El método generó comentarios a favor y en contra del método, pues mientras algunos opinaron que desearían tener maestros que aplicaran este tipo de técnicas, otros comentaron que se sentirían engañados al no saber que los estarían evaluando con ejercicios separados.
En otro fragmento de la grabación el profesor les explica a sus alumnos que lo que busca con esta estrategia es ayudarlos a hacer un examen sin nervios porque comprende que las pruebas de matemáticas siempre generan algo de estrés en quien la va a realizar. Y es que ¿a quién no le genera estrés un examen de matemáticas?
¿SE PUEDE EVALUAR SIN EXÁMENES?
Si bien es cierto que en la escuela tradicional cada cierto periodo de tiempo de aplicaba un examen escrito como única manera de evaluar el grado de conocimiento de los estudiantes, hoy en día, y desde la Pandemia, las pruebas en papel ya están siendo sustituidas por otros métodos.
Aunque la Secretaría de Educación Pública (SEP) sigue programando periodos de evaluación en sus calendarios, nunca se condiciona que dicha evaluación deba ser mediante una prueba escrita e incluso se proponen otros métodos.
Las leyes actuales en educación se fundamentan en la adquisición de competencias, y estas competencias chocan en la mayoría de los supuestos con las evaluaciones tradicionales.
Por esta razón, y prácticamente en cualquier etapa educacional, se están implantado metodologías y tipos de evaluación (coevaluación, heteroevaluación, autoevaluación) que permiten añadir más instrumentos de evaluación.
Estas metodologías y tipos de evaluación o bien omiten el examen o bien otorgan a los exámenes un porcentaje en la nota de evaluación final menor del que solían. Estos porcentajes han ido bajando progresivamente, pasando a tener un valor entre un 30 % a un 40 % en las etapas de educación superior.
Aunque no son tan nuevas, estas estrategias incorporan modelos de aprendizaje activos y dinámicos con un componente holístico, que integra al alumnado en su propio aprendizaje. Son métodos que priman la participación y lo práctico, a la vez que se introducen los contenidos a aprender.
Destacan entre estos métodos el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), la Gamificiación o el Aprendizaje Cooperativo donde los estudiantes colaboran unos con otros para resolver problemas mediante técnicas y dinámicas de los juegos para aprender.
