Los delincuentes que logran acceder a los datos de una tarjeta pueden duplicarla o utilizar la información para realizar compras
Por: César Omar Leyva
El avance de la tecnología en los sistemas de pago ha permitido una mayor comodidad y seguridad para los usuarios de tarjetas bancarias. Las tarjetas "contactless", que permiten realizar pagos sin contacto, son un claro ejemplo de este progreso.
Sin embargo, a medida que las innovaciones avanzan, los delincuentes también se adaptan e idean nuevas formas de fraude, siendo el skimming o e-skimming una de las más peligrosas en la actualidad.
El término "skimming" proviene del inglés "to skim", que significa hojear o leer rápidamente, y hace referencia a una técnica utilizada por los delincuentes para extraer los datos de una tarjeta bancaria de manera ilegítima.
Este tipo de fraude se lleva a cabo a través de dispositivos conocidos como “skimmers”, que se instalan en terminales de pago o cajeros automáticos para captar la información almacenada en la banda magnética o el chip de las tarjetas.
Los delincuentes que logran acceder a los datos de una tarjeta pueden duplicarla o utilizar la información para realizar compras, contratar servicios o incluso retirar dinero en efectivo. En muchos casos, optan por realizar pequeños cargos que pasan desapercibidos, una técnica conocida como "carding", lo que les permite seguir operando sin levantar sospechas.
SKIMMING Y TARJETAS CONTACTLESS
Las tarjetas "contactless" funcionan mediante una tecnología de comunicación sin contacto que facilita la transferencia de información entre la tarjeta y la terminal de pago, lo que hace que las transacciones sean más rápidas y convenientes. Según BBVA, estas tarjetas ofrecen una mayor seguridad, pero los estafadores han encontrado formas de vulnerarlas mediante dispositivos especializados.
El “e-skimming” o “skimming electrónico” se ha convertido en una preocupación, ya que los delincuentes pueden usar lectores especiales para captar la información sin necesidad de que el usuario inserte su tarjeta en una ranura, lo que incrementa el riesgo de ser víctima de este tipo de fraude sin darse cuenta.
ASÍ TE PUEDES PROTEGER DEL SKIMMING
Aunque el riesgo de ser víctima de skimming puede parecer alarmante, existen varias medidas que puedes tomar para proteger tus datos bancarios y evitar este tipo de fraudes:
- No pierdas de vista tu tarjeta: Cuando realices pagos en tiendas o restaurantes, asegúrate de que la transacción se haga frente a ti. Si es posible, paga directamente en la terminal.
- Cubre tu mano al ingresar tu PIN: Esto evitará que cámaras ocultas o miradas indiscretas puedan captar tu número de seguridad.
- Verifica los cajeros y terminales: Antes de realizar una transacción, revisa que no haya dispositivos extraños o añadidos que puedan estar capturando tus datos. Si algo parece fuera de lugar, es mejor buscar otro lugar para pagar o retirar dinero.
- Activa las notificaciones de tu banco: Muchas aplicaciones bancarias permiten activar alertas en tiempo real cada vez que se realiza una transacción. De esta forma, podrás detectar rápidamente cualquier actividad sospechosa.
- Apaga tu tarjeta desde la app: Algunos bancos permiten desactivar la tarjeta cuando no la estás utilizando, lo que añade una capa extra de seguridad.
- Revisa tus estados de cuenta regularmente: La mejor manera de detectar cualquier anomalía es estar al tanto de los movimientos en tus cuentas. Si encuentras alguna transacción que no reconoces, contacta inmediatamente a tu banco.
¿DÓNDE ES MÁS COMÚN EL SKIMMING?
El skimming suele ocurrir en cajeros automáticos y terminales de punto de venta manipulados. Los delincuentes suelen instalar skimmers en lugares donde los usuarios no se percatan de su presencia, como cajeros mal iluminados o terminales en establecimientos poco confiables.
También pueden instalar malware en terminales de pago o sitios web para captar la información de las tarjetas durante las transacciones. Es importante tener en cuenta que, aunque el pago mediante teléfonos móviles, pulseras o relojes inteligentes está en aumento, las tarjetas de crédito y débito siguen siendo uno de los métodos de pago más utilizados tanto en tiendas físicas como en el comercio electrónico, lo que hace que el skimming siga siendo una amenaza latente.