El asunto causó ámpula en altas esferas, que buscan poner una persona a modo, dejando de lado el deseo de los de la Tribu
Pues vaya que causó revolución el comentario de esta columna sobre la designación del rector de la Universidad del Pueblo Yaqui, en apego a los intereses de personas ajenas a la Tribu, como Adelfo Regino Montes, director del INPI, y el secretario de Educación en Sonora, Aarón Grajeda Bustamante. Resulta que ambos se han confabulado para tratar de imponer a una persona afín a su causa y no conforme a lo que los yaquis esperan de un directivo universitario, que sea incluyente sobre todo, pero que tome en cuenta también a los docentes yaquis que se sienten bien preparados para formar parte de la naciente institución. Pero en vez de hacer caso a la voz del pueblo, ambos funcionarios optaron, primero por simular que consultaban a las autoridades tradicionales de Pótam, a las cuales les solicitaron nombraran a tres posibles candidatos a Rector. Al ver que era solamente una trampa, las autoridades auténticas de los ocho pueblos rechazaron esa acción y prefirieron no presentarse a la farsa, por lo cual la Secretaría de Educación y Cultura de Sonora lanzó una convocatoria amañada y sin decir que finalmente se elegiría a partir de una terna. Fue entonces que el Director del INPI cerró un ojo a las autoridades tradicionales afines a su causa, los llamados espurios o duales, y se puso sobre la mesa una terna en la que incluyeron a Leticia Nocamea y Luisa Sombra que, con todo respeto, no cumplen el perfil universitario, por lo que solamente eran una “pantalla” para que se designara al tercero en discordia. No obstante que Crescencio Buitimea Valenzuela, el tercero de la lista, es un hombre preparado académicamente, moral, humanamente no es apto para ese puesto, dicen los yaquis, porque en su propio mote lleva la penitencia: le dicen "Kaabetayo'ore", es decir el irrespetuoso. Primero, nunca ha tenido experiencia administrativa ni ha sido líder de equipos académicos porque, en segundo lugar, es ampliamente discriminatorio y excluyente de los propios miembros de la Tribu Yaqui y por ello los maestros indígenas lo repelen. “Es uno de los peores yoremes que hay”, dicen los docentes al saber que Buitimea Valenzuela forma parte de la terna para elegir al Rector de la Universidad del Pueblo Yaqui. Afirman que del Director del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas ya esperaban una actitud así porque lo único que lo mantiene en el puesto es su servilismo y obediencia a lo que desde Presidencia de la República le dicen, pero “a ras de suelo” se convierte en autoritario con losyoremes, al grado de negarse a oír al verdadero yaqui y solamente ve a sus incondicionales que por una lana están dispuestos a vender hasta a sus propias madres. De ese tamaño. Sin exageraciones. Pero lo que no esperaban los indígenas es que el Secretario de Educación de Sonora se prestara a ese tipo de juegos porque es un hombre preparado y, se supone, sabe muy bien todos los usos y costumbres porque para eso estudió. Y nos mandan el abreviado currículum de Grajeda Bustamante para comprobar que, efectivamente, es Licenciado en Historia (Unison) con Maestría en Historiografía de México (UAM Azcapotzalco) y Doctorado en Ciencias Sociales y Desarrollo Regional por más de 20 años. Fundador en el 2011 del Posgrado Integral en Ciencias Sociales y fundador en el 2019 de la Licenciatura de Antropología. Responsable del intercambio Unison y la Universidad de Bonn. Ha sido consultor internacional en el tema Anticorrupción e Integridad. Es integrante del Sistema Nacional de Investigadores. Recibió el premio nacional Edmundo O'Gorman otorgado por el Conaculta y el INAH. Actualmente es director del Monitor Anticorrupción México y es miembro de la Comisión de Selección del Sistema Nacional Anticorrupción electo por el Senado de la República. De ese tamaño la preparación del funcionario y aún así actúa en contra de los intereses de la Tribu Yaqui, mencionan los quejosos. “Esto es una burla al pueblo yaqui y su tropa yoremia y más a la tropa preparada académicamente”, sueltan los indígenas al condenar todo lo que INPI y su gente están haciendo al interior de la etnia para desunirla y sacar raja económica y política de todo ese río revuelto. Ojalá el gobernador Alfonso Durazo Montaño se dé cuenta a tiempo de los estropicios que están causando quienes se supone venían a mejorar la situación de la Tribu Yaqui. Aún hay tiempo para poner orden y remedio a esa situación. Comentarios: franciscogonzalez.bolon@gmail.com