Países como el nuestro tienen una doble de responsabilidad, pues al ser vecinos de la principal potencial en el mundo nos pone en situación de riesgo
Sin duda, la llegada del nuevo presidente norteamericano, Donald Trump, ha traído consigo un reordenamiento de lo establecido, es decir, los países en todo el mundo han tenido que replantearse su futuro político, social y económico en función de las nuevas decisiones que a escasos días de rendir protesta ha tomado Donald Trump.
Tenemos que reconocer que los tiempos han cambiado, ya que, lo que hasta hace unos años consideramos “políticamente correcto”, con términos como la democracia, consensos, transparencia, rendición de cuentas, equilibrios de poder, entre muchos otros términos acuñados en las democracias modernas, en las que, contar con este tipo de mecanismos nos hacía pensar que se contaba con una democracia madura, hoy, han quedado en el pasado, dando paso nuevamente a liderazgos políticos a nivel mundial que privilegian la ideología sobre la diplomacia, el decreto sobre el consenso y la popularidad sobre el bien común, tal es el caso de líderes mundiales de los diferentes polos ideológicos como Milei en Argentina, Bukele en El Salvador, Petro en Colombia, Meloni en Italia, entre muchos otros líderes que son parte de esta nueva historia en la geopolítica.
En ese escenario, países como el nuestro cuentan con el doble de responsabilidad, ya que, ser los vecinos del país que sigue siendo la principal potencial a nivel mundial en prácticamente todos los sentidos nos pone en una situación de riesgo en la que, estar preparados y actuar de la manera correcta en el escenario internacional, significa también mantener el bienestar de millones de familias dentro de nuestro territorio.
Con la llegada de Trump al poder, también se vuelve más claro el panorama de la geopolítica, la cual, no es otra cosa más que las relaciones internacionales que mantienen los países, mismos que, tal como las “bolitas” dentro de un salón de clases, son representadas por grupos de líderes mundiales con afinidades ideológicas y económicas similares, destacando el acceso al poder de una nueva “derecha” basada en los valores económicos y dejando a un lado los preceptos establecidos de la democracia moderna como los comentados con anterioridad, derechos humanos, transparencia y equilibrios, para dar paso a esta nueva época de líderes conservadores encabezados por el presidente republicano Donald Trump, donde al parecer se encuentran también el presidente Argentino, entre otros, pero también, contar abiertamente con el apoyo de grandes empresarios como Elon Musk, dueño de Tesla, quien además de ser un activo dentro de su campaña política, hoy es parte también de su gabinete en la toma de decisiones. Por otra parte, podemos identificar al bloque de la nueva “izquierda”, quienes son encabezado por China y su presidente Xi Jinping, quien por medio de su modelo económico ha trazado rutas apoyado por países como Rusia, Corea del Norte, Venezuela, entre otros, los cuales han decidido ser un contrapeso al país de las barras y las estrellas con sendos acercamientos al gobierno mexicano para establecer relaciones más estrechas de colaboración con dicho bloque político y económico.
Evidentemente, la política no ha dejado de ser vertical, es decir, no es una novedad para nadie cuando se escucha la frase de que los temas relevantes de Cajeme u otro municipio se ven en Hermosillo y, los temas de Sonora se ven la Ciudad de México, asimismo, los temas de trascendencia para nuestro país son en gran medida influenciados por el país vecino, por lo cual, debemos estar a la expectativa de lo que pasará con resoluciones y decretos que habrá de tomar Donald Trump en búsqueda de establecer una nueva era dentro de la geopolítica, mismos que tendrán un impacto directo en la calidad de vida de los mexicanos.
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