Política un tanto mágica

Un diputado federal no estuvo en una sesión reciente de la Cámara y después resultó que su voto apareció a favor de Morena en una discusión

Por: Gerardo Armenta

Guste o no a sus protagonistas, lo cierto es que la política en México sigue teniendo algo o mucho de magia o inspiración sobrenatural. Los ejemplos al respecto son tantos como se quiera imaginar por igual en el pasado como en el presente. Juzgue usted: Un diputado federal no estuvo en una sesión reciente de la Cámara (sesión que tenía que ser presencial) y después resultó que su voto apareció a favor de Morena en una discusión legislativa. Al ocurrir la votación, el diputado se encontraba en Nueva York, allí nada más tras lomita.

El fantasmal voto (aunque muy concreto a la hora de hacer la cuenta general) correspondió al diputado Pedro Haces Barba, quien dijo que su ausencia se debió a que tuvo que viajar a Estados Unidos para sostener una serie de reuniones con líderes sindicales de ese país. El problema es que surgió otra versión que más bien ubicó su estancia en la Urbe de Hierro para asistir a un juego de la Serie Mundial entre Los Yanquis de esa ciudad y Los Dodgers de Los Ángeles.

Cabe reconocer que las anteriores son versiones propaladas por diversos medios periodísticos. El hecho indiscutible, sin embargo, es que el diputado Haces Barba no estuvo en una sesión legislativa en la que sí se hizo constar su presencia con la siempre admirable magia de estar sin estar. Al final, cada quien es o debe ser responsable de sus actos. Por eso, el caso es que de alguna u otra manera la política sigue siendo la misma en un país como el nuestro.

Hoy en esa actividad se ven actitudes increíbles como la que se comenta con cargo a un político oficialista. Aunque cuando los priistas ostentaban la misma condición oficial, en varias ocasiones llegó a saberse que hacían votar hasta a los mismos fieles difuntos para abultar el grosor de los sufragios a su favor. Esta es una historia que se vino contando al paso del tiempo y, cierta o no, el hecho es que terminó por acreditarse en el ánimo popular.

Alrededor de la política y de quienes la ejercen siempre corren historias que de suyo suelen tener tanto de verdad como de leyenda. La de la política es una especie de magia (quizá un tanto venida a menos) que suele capturar la atención o el interés de la ciudadanía...aunque también su desdén. Han sido los políticos quienes han desdorado la imagen de esta actividad. Si bien otros más la enaltecen y dignifican con su quehacer. Pero es obvio que no puede existir política sin políticos, excepto, quizá, en la Dimensión Desconocida.

El caso es que hoy por hoy existe una especie de temperatura política que, aparte (como tiene que ser) de que llama la atención por sí misma, al mismo tiempo pone de relieve un relajado estado de cosas que a lo mejor no debe ser conveniente para el país. Piense, por ejemplo, en un magistrado Electoral del Poder Judicial de la Federación. Y también en una jueza sexta de Distrito Especializada en Materia Mercantil. Bien. O no tanto. Pero más allá de sus nombres, citemos que el primero fue cuestionado por la jueza, quien calificó a los magistrados electorales de traidores a la patria.

No se lo mandó decir. Se lo dijo prácticamente en su cara. Por las razones que hayan sido. Lo que llama la atención es el nivel o la acreditación pública de estos personajes que tienen presencia en una ambientación que, como la de hoy en el país, se torna cada vez más ríspida o agresiva. Fue en un recinto universitario de primer orden donde se produjo el episodio en mención. Ni allí, ni en otros lugares con menor proyección pública, debe convenir, socialmente hablando, que los ánimos se encrespen, cuando lo propio sería enfrentarlos en discusiones respetuosas y de altura, por más diferencias que existan de por medio.

En lo dicho: la política en México se está volviendo físicamente muy agresiva. Otro caso que ilustra esta afirmación es el "tiro" que recientemente se dieron, en su propia cámara legislativa, los senadores Alejandro "Alito" Moreno, dirigente nacional del PRI, y Gerardo Fernández Noroña, petista, y presidente del Senado de la República. Polémicos, y siempre en el ojo del huracán los dos, de todas maneras no están para brindar esa clase de lances menores y tan mal vistos.

Noroña se encrespa por cualquier motivo. Casi siempre sale de pleito con los periodistas que lo entrevistan. "Alito" Moreno respondió esta vez como no se esperaba que lo hiciera. En un momento dado prácticamente se abalanzó sobre Noroña, encarándolo con evidente hostilidad. Al final la cosa no llegó a mayores por el buen nombre de la política hecha en México. Aunque...               

armentabalderramagerardo@gmail.com


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