El problema viene desde el siglo XX, con el "boom" demográfico, pues pasamos de 13 millones de habitantes en 1900, a con casi 83 millones en los 90
Mucho se ha hablado de este tema tan importante que año con año se vuelve más presente en la vida de los millones de seres humanos que habitan el planeta con regiones enteras que, por distintos motivos, se han visto privados de uno de los recursos más esenciales para que pueda prosperar la vida, el agua, el cual, al ser un recurso vital para la sobrevivencia de las personas, se ha vuelto un tema primordial para los gobiernos en el mundo entero.
En nuestro país no estamos muy alejados de dicho tema, ya que, según el Monitor de Sequía en México, por lo menos, 23 de las 32 entidades de la República cuentan con una parte de su territorio en algún grado de sequía, siendo los más afectados los del norte con estados como Sonora, Chihuahua, Sinaloa y Durango con prácticamente el 100% de su territorio en uno de los cinco grados de sequía que mide el monitor en mención.
Sobre las causas y los motivos que tienen a nuestro país en esta situación se ha escrito mucho, con temas que van desde el cambio climático, los fenómenos meteorológicos conocidos como "El Niño" y "La Niña", que causan temporadas con anomalía en la cantidad de lluvias, la falta del cuidado del vital líquido, la actividad agrícola, la tala de los bosques, el aumento de la población, entre muchos otros factores que tienen sumido en una crisis por encontrar fuentes de dicho recurso vital.
Sobre las soluciones, podemos afirmar que, este problema se viene arrastrando desde el siglo pasado cuando, el "boom" demográfico llegó a nuestro país y pasamos de tener solamente 13 millones de habitantes en el año 1900, a contar para la década de los años 90 con casi 83 millones de personas, es decir, se multiplicó la población nacional seis veces en tan sólo 90 años, por lo cual, las necesidades hídricas del país aumentaron considerablemente durante ese tiempo con soluciones en ese momento que estaban más enfocadas en la distribución que en la cantidad de agua, es decir, el problema en ese momento no era tanto la cantidad de agua disponible, más bien era la distribución y movilidad del agua para abastecer a las nuevas grandes ciudades, por lo tanto, fue que vimos un repunte considerable en obras hídricas tales como son las presas, pozos, acueductos, entre muchas otras obras de esa naturaleza que iban enfocadas en dotar del agua disponible a las grandes urbes en auge por todo el país.
Sin embargo, recientemente y, con más de 130 millones de habitantes en México, el problema ha comenzado a ser la cantidad de agua, es decir, las grandes fuentes de agua que representaban las presas y los pozos alejados de las comunidades urbanas, han comenzado a agotarse con reservas que antes parecían inagotables, hoy, por todo el territorio nacional, vemos como las noticias sobre la salinización de aguas subterráneas, las presas secas, la falta de cultivos, entre muchas otras, se han comenzado a hacer presentes, por lo cual, la búsqueda por nuevas soluciones, no solamente de distribución, sino más bien, de eficiencia en el uso del agua disponible han comenzado a hacerse presentes en la actualidad, por lo que, para las nuevas generaciones el reto de pensar en nuevos caminos para resolver este problema se ha hecho presente con destellos de esperanza con soluciones que van desde el uso de nuevas tecnologías para volver más eficiente el uso del agua en los hogares, hasta nuevos métodos de irrigación en el sector agrícola el cual representa en nuestro país el 76% del uso de agua, así como también, la búsqueda de soluciones legales para que la industria y el sector minero utilicen menor cantidad de agua, pero, sobre todo, con menor contaminación al medio ambiente.
Sin duda, este es un problema que requiere repensar las causas para buscar nuevas soluciones que se adapten a los retos que nos depara el futuro.
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