Un traslado en camilla
Por: Gerardo Armenta
El tema de la sequía no es juego, suponiendo, en la imposibilidad del propósito, que alguien quisiera enfocarlo de esta manera. Tampoco puede verse como redundante en la conversación personal o pública habitual. Se trata de un tema dotado de la más severa y profunda importancia en un contexto como el propio del sur de la Entidad. Las razones para que ocurra así son más que obvias o pertinentes.
Por eso, es dable postular que la sequía representa un problema muy difícil, como lo afirmó recientemente Alejandro Morales Morales, presidente de la Coparmex de Navojoa. Prueba de ello es que dijo también que no solamente está afectando a la agricultura, sino igualmente a los sectores comercial, industrial y empresarial en general. El alcance de este señalamiento se explica por sí solo frente al significado mismo que hace notar.
Un esquema como el anterior conduce necesariamente de suyo a otras realidades concretas que no es posible ignorar. Sí, porque, como describió el presidente de la Coparmex navojoense, por la falta de agua y la gran disminución en la superficie de siembra del Ciclo 2024-2025, hay menos circulante en la región. A menudo este es un indicador muy gráfico para entender el nivel económico de una región. Se entiende que sea así por todo lo que prácticamente representa.
Frente a esta situación, el dirigente local de la Coparmex señaló que, por el hecho de que el Municipio navojoense esté en un proceso de transformación, con inversión en infraestructura y el establecimiento de diversas empresas, "ha logrado mitigar los efectos de la sequía". Este es un planteamiento que obtiene significado por sí solo. Es así por la medida en que pone de manifiesto que un lugar como Navojoa ha enfrentado (y enfrenta) los efectos de la crisis actual con esfuerzos empresariales y productivos susceptibles de reconocimiento.
Morales Morales comentó que, para lograr la promoción de más crecimiento y más empresas, es necesario tener el respaldo y la confianza de ciertas marcas nacionales que van señalando la pauta en el país. Reveló también que aquí se ha visto últimamente mucho más emprendimiento, con más negocios y lugares nuevos. Esta es una realidad navojoense en la que ciertamente es posible reparar. Cabe hacer votos porque una mecánica de esta naturaleza se incremente cada vez más en beneficio del crecimiento general.
Aunque también habría que hacer votos para que no se repitan episodios lamentables e increíbles como el ocurrido recientemente en el ámbito geográfico de la Etnia Guarijío. Ocho jóvenes de este conglomerado, en un acto que es posible ubicar más allá de los linderos del heroísmo, trasladaron durante diez horas a una anciana enferma en una rústica camilla hecha con dos palos y una silla de madera, desde Bavícora hasta Mesa Colorada, en el Municipio de Álamos.
Obviamente, el trayecto fue hecho caminando, o sea, a pie, dicho sea, para que el reconocible hecho resulte todavía más gráfico y hasta peliculesco. Bavícora es un lugar al que no se puede llegar en automóvil. Los jóvenes se turnaron para llevar en la camilla a la señora. Debe ser propio reconocer su profundo y emotivo acto de solidaridad.
Pero ojalá un episodio como el descrito sirva también para llamar la atención sobre la rudimentaria forma en que integrantes de una etnia se ven obligados a resolver contingencias de salud, mayores o menores, al amparo de rústicos procedimientos, por más efectivos que éstos puedan ser, como lo son. A la hora de la hora, es o debe ser muy lamentable que, ciertamente, en pleno siglo XXI se registren hechos como el ocurrido en territorio guarijío. Así lo reprochó, e hizo bien, Fredi Gutiérrez Valenzuela, dirigente sindical del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas de la Coordinación Regional de los Pueblos Indígenas.
La expresión es demoledora por todo lo que significa como reproche o crítica: Estamos en pleno siglo XXI. ¿Cómo es posible que todavía sucedan episodios como el descrito? Gutiérrez Valencia tiene razón al postular que no debe haber más traslados de personas enfermas en improvisadas camillas durante un largo o breve tiempo. El que se comenta parecería un hecho de película. Pero normalmente no habría necesidad de llegar a los extremos descritos. Es increíble, o insólito, bajo cualquier óptica, tomar nota de un episodio como el descrito. Pero tal es la realidad.
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