Nueva Dirigencia en PAN

En México la oposición está representada por esta curiosa o llamativa cantidad numérica. Un tercero que había (el PRD) pasó recientemente a mejor vida

Por: Gerardo Armenta

El PAN está en busca de su nuevo dirigente nacional. Ello significa que la melodía de las golondrinas ya debe estar muy cerca de los oídos de Marko Cortés, un líder blanquiazul que no rindió como se esperaba, sino (obviamente) todo lo contrario). Quizá le pueda servir de consuelo que así están las cosas en los partidos políticos existentes en el país. O por lo menos en aquellos que les tocó la mala suerte de figurar como opositores.

Que, viéndola bien, no son muchos, en tanto que apenas llegan a dos. En México la oposición está representada por esta curiosa o llamativa cantidad numérica. Un tercero que había (el PRD) pasó recientemente a mejor vida. Pero eso no quiere decir que, por ejemplo, el PRI esté en la mejor etapa de su existencia. De ninguna manera. Al contrario, como bien se sabe, hoy le afligen no simples o temporales jaquecas, sino verdaderos y muy serios padecimientos orgánicos.

A qué grado habrán llegado las cosas en el ámbito tricolor, que un poquito como si no hubiera infierno, sus actuales mandos procesaron con éxito de sobra el mecanismo que garantiza la reelección de su dirigencia nacional. Un partido político puede ser tan importante como su memoria histórica. ¿Los mandos priistas de hoy (muy objetados, lo que sea de cada quien) habrán olvidado lo que significa o debe significar en su propio entorno un principio como la no reelección? Las obviedades también se explican por solas en sus particulares significados. Tal es el caso.

Por lo demás, un poco como en el PRI, donde recién se llevó a cabo un proceso para elegir o ratificar (con eso de la reelección) a su dirigencia nacional, en el PAN se aprestan a realizar un mecanismo similar, pero sin que el actual dirigente tenga oportunidad de seguir en el cargo. No puede negarse que desde hace rato (por decirlo así) la militancia blanquiazul está pidiendo la remoción de Marko Cortés como mandamás blanquiazul. De alguna manera lo responsabilizan por el fracaso panista en la pasada contienda presidencial. Un fracaso compartido con dos "socios" políticos, habría que añadir.

Empero, esa es otra historia. La de hoy tiene que ver con el hecho de que por lo menos hay unos ocho aspirantes a tomar el mando nacional panista. En ese elenco figura el sonorense y senador Damián Zepeda, ni más ni menos que ex secretario general del PAN. También está Adriana Dávila, ex senadora y ex diputada federal por Tlaxcala. Debe citarse igualmente a Jorge Romero, coordinador parlamentario. Se sabe también de una encuesta donde fueron calificados algunos aspirantes al mando nacional panista.

Allí aparecen, por ejemplo, Mauricio Vila (24.3%), el ya citado Jorge Romero (22.5%), Max Cortázar (4.2%) y Martín Orozco (2.1%). Sin embargo, en esa lista figura al parecer alguien que podría dar la sorpresa en el asunto que ocupa estos renglones. Se trata, fíjese nada más, de Xóchitl Gálvez, quien, por lo visto tiene intenciones de llegar a la jefatura principal del PAN. Y parecería que no sólo dispone de las credenciales políticas para eso, sino que también muestra consigo simpatías y respaldo suficientes. En la encuesta de que se habla, la ex candidata presidencial de la Coalición Fuerza y Corazón por México obtuvo 39.24% de los votos en juego, los que por supuesto hacen notar un significativo apoyo.

La elección del nuevo liderazgo del PAN se llevará a cabo el próximo 10 de noviembre. Se asume que entonces podrían votar hasta 300 mil panistas. A primera vista parecerían muchos. Pero en el blanquiazul deben saber de lo que hablan. En lo inmediato, por sobre estas consideraciones numéricas y las restantes, lo que sin duda procede es poner de relieve la posible o probable intención de Xóchitl Gálvez para ocupar el mando nacional panista. Lo cierto es que todavía no está del todo claro si la ex candidata presidencial realmente tendría interés en tomar los bártulos de Acción nacional.

Al final, en un quehacer como la política todo cabe dentro de lo que pueda esperarse, como históricamente se ha demostrado una y otra vez. No sería precisamente el fin del mundo si las cosas en el PAN terminan por ocurrir como se plantean. Y no debe faltar mucho para eso. En ese partido desde hoy se está planteando la necesidad de someterlo a una profunda reforma, la cual no se antoja una tarea política fácil de llevar a cabo. Para eso seguramente debe ser necesario tener liderazgos distintos a los que están hoy como jefes panistas máximos. Pronto se verá de qué color tiñe el blanquiazul.

armentabalderramagerardo@gmail.com


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