Navidad: Renovarse o morir

Hay que aprovechar estas fechas para crear conciencia para provocar cambios significativos en nuestras vidas

Por: Jesús Huerta Suárez

Si te sientes feliz, tienes salud, tienes amor, sobrevives económicamente, tienes amigos, planes, un trabajo y, sobre todo, inteligencia emocional… pues estás muy bien. Sigue así.

De lo contrario, la vida, o el calendario, como gustes tomarlo, nos brinda la oportunidad de renacer, de renovarnos, de cambiar para mejorar. Navidad es sinónimo de nacimiento y lo puedes aprovechar, creas o no, en el natalicio del Niño Jesús, que nos vino a traer la buena nueva.

Porque sería muy tonto seguir haciendo lo mismo de siempre, esperando obtener resultados diferentes. Si en realidad queremos aprovechar la oportunidad que la vida nos presenta, comencemos por escuchar al corazón y hacerle caso; comencemos a meditar y a trabaja en el despertar de la conciencia.

Una vez despierta la conciencia, las cosas comenzarán a mejorar inmediatamente, pero, si sigues siguiendo tus instintos, seguirás sumergido en el fango del , de la insatisfacción, del deseo eterno sin esperanza y el aburrimiento. No cambiar significa seguir inmersos en la oscuridad que no nos permite ver dimensión del Ser que habita en nuestro cuerpo, mismo que está dispuesto a hacer de esta vida de dolor y llanto, un universo de bendiciones y gratos momentos.

No estamos hechos para hacer daño, ni para pelear, ni matar, ni corromper, ni ensuciar, ni odiar, sino todo lo contrario, somos seres únicos; somos milagros vivientes con la posibilidad de decidir entre hacer el bien o hacer el mal, entre estar contentos o tristes.

Entiendo que pretender mejorar se complica cada día, pues por todos lados se sufren los embistes del mal a través de nuestra misma ignorancia que nos ahoga, de las canciones del mal en la radio, de las personas tóxicas y agresivas, de los medios de comunicación perversos que con el mal gusto y la mentira lucran, con los compañeros de trabajo que están heridos en el alma y todo lo complican, con las escenas violentas de la vida diaria en las calles, con los familiares perversos, las adicciones recurrentes y el distanciamiento de Dios, pero es, precisamente ahora, en que la vida nos da otra oportunidad de renacer; de decidir qué queremos para nosotros, de escoger qué tipo de vida estamos dispuestos a vivir, y claro que será difícil, pero es más difícil vivir una vida sin sentido.

Feliz Navidad a todos.

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