“Y al final el amor que te llevas es igual al amor que diste”, John Lennon
Por: Jesús Huerta Suárez
Si no estás a gusto contigo mismo; si crees que tu vida no ha valido la pena; si no tienes las cosas que te gustaría tener; si estás insatisfecho y te sientes un fracasado porque no tienes grandes éxitos ni el reconocimiento de la gente, vamos, si te sientes un verdadero don nadie por la falta de triunfos, es tiempo de comenzar a acabar con demonios internos que nos nublan la alegría de vivir: lucha de una buena vez contra tantos miedos que te asfixian; éntrales de frente y supéralos hasta donde puedas, pero no dejes de intentar. No permitas que la envidia te corroa. Comienza a leer libros clásicos hasta que te envicies y no los puedas dejar. Ya no pospongas más las cosas que quieres hacer. Se bondadoso y ayuda a cuantas personas puedas, aunque sientas que no se lo merecen. Aférrate a la sobriedad y disfruta al máximo la claridad con la que verás el mundo. Olvídate de que las penas con pan son buenas, nada más falso que eso; no comas por comer. Duerme menos y sueña más. Dile adiós a los celos y a los rencores. No temas a la soledad, teme al vacío. Que la ignorancia no te robe las ganas de querer aprender algo nuevo cada día. Demuéstrale a los propios y a los ajenos que los aprecias, aunque a veces te cueste trabajo. Deja que la honestidad y el respeto blinden tu razón, y si al final de tus días tu único logro fue el vencer a tus demonios internos, habrás logrado bastante.
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