El recuerdo es tan ingrato como terrible: en ese lugar murieron 49 niños y niñas en un devastador incendio ocurrido el 5 de junio del 2009
Por: Gerardo Armenta
Una propuesta para construir un memorial en la que fue la estancia de la guardería ABC de Hermosillo fue tajantemente rechazada por el grupo Manos Unidas. El recuerdo es tan ingrato como terrible: en ese lugar murieron 49 niños y niñas en un devastador incendio ocurrido el 5 de junio del 2009, como siempre será propio recordarlo por la infamia que significó ese terrible hecho.
Una integrante de Manos Unidas explicó con meridiana objetividad los motivos para, por lo menos de momento, no hacer el memorial en la guardería. Se trata, dijo, de un escenario de crimen no resuelto y que debe preservarse sin alteraciones hasta que haya sanciones a los presuntos responsables de la tragedia. Se pensaría que un añadido no podría ser más que el siguiente: Exacto, porque se trata precisamente de eso.
Y las acciones tienen que ser en consecuencia, por más que el deslinde final de culpas o responsabilidades en el caso de la Guardería ABC se ha tardado todo el tiempo del mundo, o un poquito más, si eso fuera posible, como efectivamente lo ha sido. Recién se cumplieron 15 años de la tragedia. Y por lo visto todavía hay investigaciones en curso o no finiquitadas. O por lo menos al parecer no están a la vista los culpables que deberían estarlo. ¿Hasta cuándo lo estarán? ¿Hasta después de que pasen otros 15 años de lo ocurrido? Muy posiblemente.
Por otro lado, cabe advertir que el rigor caluroso de la temporada veraniega de este año está ya en su apogeo en una entidad como la nuestra. Los problemas que se derivan de una ambientación con esa agresiva singularidad, resultan obvios y entendibles.
No es tanto que a los sonorenses les asuste el calor de mediados de año. Y menos cuando bien se sabe (diría algún aprendiz de chistoso o sangrón) que nunca ha nevado por estos rumbos en meses como los de junio, julio y agosto, que son cuando más arrecia la agresión de las altas temperaturas. Es obvio, entonces, que una circunstancia de esta naturaleza de suyo suele traer más problemas que parabienes existenciales.
Es el caso de que, como se sabe, por el aumento de la temperatura se agudizaron los problemas de desabasto de agua potable en más de 10 comunidades rurales de Huatabampo y Etchojoa. Sin embargo, es probable que en estas alturas la situación, dentro de lo que cabe, haya sido resuelta, lo cual sería de esperarse. Pero lo cierto es que la población de esas comunidades ha requerido en lo inmediato el servicio emergente de pipas, como ha quedado de manifiesto.
En Huatabampo hay reportes sobre adultos mayores que han sufrido golpes de calor en poblados como La Sábila, Loma del Etchoropo y Buiyarumo. En esos lugares se tiene poca agua y por lo menos en otros siete más. Estos datos los proporcionó Daniel Barrón Torres, dirigente del Movimiento Antorchista del Sur de Sonora. “La situación es muy preocupante”, reconoció, al señalar que los pronósticos de las autoridades son en el sentido de que habrá muchas semanas de fuerte calor.
Sin embargo, no toda la problemática de hoy gira en torno a las altas temperaturas. También hay asuntos de índole mucho más terrenal en los que es y será propio detenerse. Por ejemplo, está el caso de un problema que tienen en Bacabachi que volverá a plantearse ahora que ha transcurrido la cuestión electoral.
Los hechos son más o menos conocidos y tienen que ver con la decisión por la cual la comunidad indígena asumirá nuevamente la restitución de 37 mil hectáreas en el marco de lo que se conoce como Plan de Justicia. Al parecer, el problema es de estricto y hasta ofensivo tinte burocrático. Pero burocrático en su sentido más óptimo o estelar.
Juzgue usted: Por lo visto, todo se reduce a que personal del Gobierno Federal no ha podido encontrar en el Archivo General de la Nación, ni en el propio de otras dependencias, el plano y el título original primario de las tierras fechado en 1867. ¿Burocracia dorada pero ineficiente? Es posible.
El caso es que la organización denominada Pueblos Originales Mayos de Bacabachi cuenta al parecer con un título de propiedad gratuita que data del 31 de julio de 1907. Y este es el principal apoyo de que se dispone para lograr la restitución de las tierras, según dijo Benito Santi Valdez, representante de la organización indígena de Bacabachi. Conviene recordar que son 37 mil hectáreas las que están en juego. Vale la pena que se las devuelvan pronto a la comunidad indígena de esa comunidad. Pero no como favor, sino como un acto de justicia elemental.
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