Las casetas de peaje

Discusión permanente

Por: Gerardo Armenta

El tema de las casetas de peaje parecería en Sonora un poco o un mucho como el cuento de nunca acabar. Una y otra vez se repite su discusión y al final precisamente hay que empezar de nuevo. Sin embargo, cabría suponer, o dar cabalmente, por cierto, que el tema de hecho no existe para las autoridades federales. A tal extremo podría llegar la presunción, con el añadido de que tales instancias suelen intervenir para despejar las casetas cuando éstas han sido tomadas por manifestantes inconformes.

Y es que, efectivamente, la discusión sobre el peaje carretero parecería una polémica destinada a no tener fin en una porción territorial como la significada por el sur de la entidad. Aquí el paso por las casetas carreteras es libre desde hace ya buen tiempo atrás (20 años por lo menos). La discusión o polémica al respecto quedó zanjada con la determinación oficial representada por el “chip” vehicular, dicho sea de esta manera, en lo que fue un acuerdo que no se logró precisamente por la generosidad gubernamental, sino por la presión ciudadana que históricamente se ejerció en su momento.

Al abordar un problema como el descrito en lo general, siempre hay que particularizarlo con el caso de Navojoa, donde, como hasta los marcianos y venusinos deben saberlo, existen dos casetas de cobro. Al paso de los años, nunca ha sido posible conocer cómo y por qué fue posible que las autoridades respectivas asumieran tal barbaridad. El caso es que, “haiga sido como haiga sido” (como dicen que dijo el que dijo), tal inconsecuencia carretera o de tránsito ha soportado el paso de los años como si nada. A ningún político o autoridad competente (si es que hubiera alguna) se le ha ocurrido tomar cartas en este asunto para asumir la quita de una de las dos casetas de cobro que distinguen a un lugar como Navojoa. Siempre ha sido posible optar ya sea por la de Fundición o la de Bacabachi.

La anterior es una historia precisamente añeja en su inserción en la historia regional, lo que, sin embargo, de ninguna manera agota el problema que, por lo visto, siguen representando las casetas de cobro de la Carretera de Cuatro Carriles. Procede un señalamiento de esta naturaleza a partir del anuncio de que próximamente se realizarán en varias partes de Sonora movilizaciones de protesta en la propia carretera. Así lo participó Jesús Román Zamorano, dirigente de El Poder del Pueblo en Navojoa, un líder a quien hay que reconocer su tesón y empeño constantes para estar siempre al lado de las causas populares.

Cabe señalar que, en una declaración periodística, Román Zamorano expresó su apoyo a los transportistas sinaloenses que se quejan por los constantes asaltos de que son víctimas. Viene a tono señalar que precisamente las carreteras de todo el país se han convertido actualmente en zonas sin ley, donde a todas horas del día y la noche asaltan a traileros, transportistas y ciudadanos. Las historias al respecto, casi de todos los días, son increíbles por el modo en que se llevan a cabo.

Ubicados de nuevo en el ámbito sureño, Román Zamorano señaló que hay que protestar por los “asaltos en despoblado” que representan las plazas de cobro carretero y sus altas tarifas. Explicó que la caseta de Fundición existente en el municipio de Navojoa debió desaparecer desde el año 2011, en virtud de un decreto presidencial, el cual, añadió, ha sido ignorado por el organismo Caminos y Puentes Federales. El caso es que Román Zamorano también explicó que el problema radica en que hay muchas concesiones carreteras que fueron otorgadas hace más de 20 años, “las que dejan multimillonarias ganancias a los concesionarios, ante los cuales no se actúa”.

Dijo que, mientras tanto, los usuarios “sufren las de Caín pagando peajes muy caros, además de que las carreteras están en malas condiciones, son inseguras, y en la mayoría de los casos no tienen servicio médico o de grúa en caso de accidente o problemas mecánicos”. El dirigente de El Poder del Pueblo en Navojoa apuntó que el gobierno federal, en lugar de atender la problemática descrita, castiga con cárcel a quienes se atrevan a protestar por el existente peaje carretero. Como queda de manifiesto, un tema como el descrito tiene muchos aspectos que ameritan ser considerados en sana discusión. No en balde, también salen a relucir como pivote para objetar el cobro que se hace en la Carretera de Cuatro carriles.

Hoy como ayer, entonces, el tema de tal carretera sigue siendo motivo de discusión.

armentabalderramagerardo@gmail.com

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